El ejército israelí asesinó ayer durante un bombardeo en Shejaia, distrito de la capital de Gaza, al líder del brazo armado de la Yihad Islámica palestina, Baha Abu al Ata, y a su mujer, un hecho que disparó de nuevo a lo largo del día la tensión en la Franja.

En total, las víctimas del bombardeo israelí fueron 10, contando a ocho milicianos además del líder de la milicia de Brigadas Al Quds, brazo armado de la organización en Palestina, y su mujer.

En respuesta al ataque, milicianos dispararon casi 200 cohetes hacia Israel. El escudo antiaéreo Cúpula de Hierro bloqueó alrededor de la mitad de los proyectiles, pero la otra mitad logró penetrar en suelo israelí.

Un portavoz militar indicó que la mitad de éstos cayó en terrenos despoblados; es decir, que alrededor de 50 cohetes cayeron en zonas urbanas. Así, desde la madrugada de ayer, hora local, las alarmas antiaéreas sonaron en lugares tan alejados de la frontera como Tel Aviv.

El ejército israelí respondió con más bombardeos contra fábricas y almacenes de armamento e infraestructuras y campos de entrenamiento militar palestinos.