Metrópoli

Bares y terrazas del Centro Histórico disfrazan “ofertas” para cobrar lo que quieran

Son varios los lugares que han recurrido a realizar practicas indebidas con la finalidad de reactivar los negocios

Jóvenes en un bar
Jóvenes en un bar Jóvenes en un bar (La Crónica de Hoy)

Catorce meses después de que la pandemia de COVID-19 obligará al cierre de negocios, bares y restaurantes, lo que provocó una severa crisis económica, cientos de negocios ya dieron los primeros pasos rumbo a la lenta pero segura recuperación económica, en el primer cuadro de la Ciudad de México las terrazas y bares han implementado nuevas formas para atraer más clientes, con tentadoras promociones que llegan a resultar una estafa.

En la calle de Madero cientos de personas colocadas de manera estratégica a lo largo del citado corredor invitan a los transeúntes a pasar a los bares y terrazas ubicadas dentro de la Plaza Madero.

“Promoción de cubetas, 6 chelas en 160 pesos, te incluye dos shots de cortesía, no es obligatorio el consumo de alimentos”, gritan los promotores en la calle como si se trata de una ganga que no deberían dejar pasar.

Crónica realizó una visita a estos lugares en donde constató que dichas “ofertas” no se respetan e incluso los precios son mayores a lo señalado en la propaganda.

En la 5ta de Madero, una de las terrazas más populares del lugar, opera a más del 40 por ciento de la capacidad permitida por las autoridades capitalinas, a pesar de los horarios establecidos ofrece servicio hasta las 3 de la mañana en total clandestinidad.

Sin sana distancia y con aglomeraciones, cientos de visitantes conviven en el interior del reducido espacio, en el que los protocolos de salud contra la COVID es lo menos importante y se ignoran en todo momento.

Los precios, a diferencia de los señalados en los volantes entregados por los “gritones” sobre el corredor de Madero, son otros mucho más elevados, y es que la cubeta de cerveza que ofertan en la calle que es de 160 pesos, la aumenta a 350 pesos más el servicio, mismo que deja mucho que desear, ya que la presencia de los meseros es esporádica, por lo que los clientes en la mayoría de las veces tienen que estarlos buscando en busca de algún servicio más.

Las Margaritas, bebidas que eran de cortesía de acuerdo con la promoción ofrecida, no la hacen válida ya en el local, y es que a decir del personal del bar, la promoción sólo aplica los días martes, aunque los promotores habían señalado que ésta era vigente para cualquier día, lo que habla de una estafa bien planeada.

“Ellos no trabajan directamente aquí, a ellos los contratan por otro lado (para promover el negocio), por eso no están al tanto de las promociones que aplicamos”, dijo uno de los encargados del bar.

Al pedir la cuenta, más de un mesero con actitud amenazante se acerca para desglosar de forma verbal el consumo.

“Son 350 de las chelas, más el 15 por ciento del servicio son 450 ya con la propina”, comenta uno de los meseros, quien por la estancia de un grupo de clientes por más de una hora, sólo se hizo presente para llevar las bebidas y botanas y para entregar la nota por lo consumido.

Algunos clientes reclamaron por el abusivo cobro por las bebidas, ya que en la carta del menú aparece un precio y ellos al final cobran otro, como en el caso del precio de la cubeta de 6 cervezas ésta decía 160 pesos, pero al aparecer un cobro diferente argumentaron que se hicieron algunas modificaciones en los precios por lo que no estaba actualizada la lista.

“Cómo te cobramos en efectivo o trasferencia, es que tengo más gente esperando afuera y quieren mesa”, presionaron a algunos clientes elementos del personal del bar La Terraza, quienes ya esperaban desocupar una mesa para acomodar a otros clientes.

A unos cuantos metros de ahí, frente a la Alameda Central, una historia similar se repite, y son varias las personas que abordan a los visitantes del Centro Histórico a los que les vuelven a endulzar el oído con falsas “ofertas” e invitándolos a asistir a una de las varias terrazas del edificio Plaza Juárez.

“Nos pagan de acuerdo a la cantidad de clientes que llevemos, mientras más, mejor te va, hay que hacer de todo para llevar clientela, si no, imagínate, no sale para comer”, comenta uno de los pregoneros-volanteros.

En el último piso del lugar las aglomeraciones y la ausencia de protocolos sanitarios son notorios, y es que de manera inmediata dos meseros abordan a los reporteros de este diario para ofrecerles una mesa con una mejor vista.

“Tenemos la prono un misil de 3 litros, incluye nachos y 2 shots (bebidas de prueba miniatura) por 200 pesos, es la que están pidiendo todos”, comenta el mesero.

Al solicitar la cuenta el modus operandi es el mismo, dos meseros realizan el cobro en donde cobran 20 por ciento de propina, más el uso de la terraza, lo que tenía que ser un total de 200 pesos se elevó a los 700 pesos.

Al exigir una aclaración el gerente del lugar sobre el abusivo cobro en las bebidas, éste explica que el estar dentro de la terraza genera un costo mayor (por el atractivo de la vista panorámica) y que los shots no entran en la promoción, ya que esta solo aplica los días jueves, cosa que nunca explican sino hasta el momento de pagar.

Ante los reclamos por estas falsas promociones, como por arte de magia hacen su aparición más de cinco elementos de seguridad del lugar, quienes de manera intimidante invitan a los quejosos a cumplir con el pago y retirarse.

“Según yo, no quería gastar y termine pagando 600 pesos por una pizza y dos cervezas”, dice otro de los clientes molestos, mientras tanto, a las afueras del lugar, los pregoneros siguen con su tarea de llevar clientes con promesas falsas.

“Son bien estafadores, esa gente siempre termina cobrando de más, aparte, en esos lugares, luego les roban sus cosas a los clientes”, señala una de las comerciantes ambulantes de la zona.

Este modo de estafa no solo aplica en los bares y terrazas del centro, ya que sobre la calle de Moneda, a unos cuantos metros del Zócalo capitalino, los restaurantes de la zona han aplicado el mismo método para atraer comensales.

Los “gritones-volanteros” atraen a las personas ofreciéndoles una increíble vista de la zona y una excelente variedad de alimentos y bebidas, aunque dentro del restaurante la realidad es otra.

Pamela Camacho, una cliente que vivió una de estas estafas, comentó a Crónica que luego de que dos personas la invitaran a subir junto con su novio al restaurante “La Corregidora”, la atención y el servicio fue pésimo.

“Al caminar por la calle de Moneda, varias personas comenzaron a abordarnos, optamos por ir a La Corregidora, pues nos decían que la vista era muy padre”, comenta.

Asimismo, dijo que una vez que llegaron al lugar, los meseros los obligaron a esperar hasta que se desocupara una mesa justo en la terraza, cosa que se les hizo algo extraño.

Luego de 40 minutos al fin les asignaron una mesa, aunque al inicio se les habían prometido 2 bebidas de cortesía, lo que nunca pasó, pero una vez que les entregaron la cuenta éstas les fueron cobradas.

“Consumismos 2 enchiladas suizas, una limonada y del total eran 1200 pesos, lo que se nos hizo demasiado, motivo por el que decidimos llamar al gerente”.

La joven comenta indignada que, en la cuenta, se les cobro el uso de la terraza, más el IVA en los alimentos, así como un costo extra por el uso de tenedor.

La pareja argumenta que, al negarse a pagar, varias de las personas dentro del lugar comenzaron a lanzarles amenazas y les exigían de forma violenta el pago.

Bastaron casi 40 minutos para que pudieran llegar a un acuerdo con los gerentes a lo que la cuenta disminuyó a 750 pesos.

“Tuvimos que realizar el pago a través de una transferencia, en ningún momento estas personas apartaban la vista de lo que hacíamos, ni siquiera nos dejaron tomarle una foto a la cuenta, alegaban que no estaba permitido”.

A pesar de las múltiples denuncias que se han presentado, estos lugares continúan operando sin ser sancionados y sin que ninguna autoridad de la Ciudad de México haga algo por frenar estos delitos.

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