Doireann O´Malley (Irlanda 1981) presentó en la galería Nordenhake México del 30 de marzo al 4 de mayo, 2019, Prototype I: Quantum Leaps In Trans Semiotics Through Psycho-Analytical Snail Serum y Prototype II: The Institute, filmes que forman parte de una trilogía inconclusa presentados en el 2018 en la Dublin City Gallery, The Hugh Lane, Irlanda.

La más reveladora constante en Prototypes es la virtualidad de género, donde ¿mujeres andróginas? tratadas con testosterona han demolido convenciones culturales y biológicas sobre identidad sexual, ello planteado en un entorno cultural que “reúne estudios sobre transgénero, ciencia ficción, biopolítica, psicoanálisis, inteligencia artificial y música experimental”, (Hugh Lane), fantasma de utopías modernistas escenificados en la arquitectura de posguerra del The Interbau Project, Berlín.

Atletas como Heinrich “Dora” Ratjen (1918-2008), quien fingió ser mujer, o las polémicas sobre identidad sexual en Stella Walsh (1911-80), Helen Stephens (1918-94), Ewa Klobukowska (1946) o la reciente represión sobre la corredora Mokgadi Caster Semenya (1991), son antecedentes históricos de la virtualidad de género planteada en Prototypes, ejemplos que se suman a una cultura de lo virtual en muchos artistas y pensadores (ver columnas Artgenetic sobre Andy Warhol, 01JUL2017 y Trevor Paglen, 22SEP2018).

Mientras asimilamos que nunca ha habido frontera biológica entre lo femenino y lo masculino, ¿cómo se retroalimentan los modelos evolutivos de transferencia de información cultural o Memética de Richard Dawkins y la evolución Darwiniana?, ¿el arte “evoluciona” de manera aleatoria e indeterminada, sin origen ni cronología rígida como lo hacen los seres vivos?, ¿la ruptura de fronteras entre cualquier disciplina del arte contemporáneo es la base para una estética de lo virtual en el siglo XXI? Si la evolución humana y el género sexual ya se pueden alterar a voluntad, ¿el desarrollo del arte se podrá programar?, ¿ya se hace?, ¿quién lo está regulando?

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