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Bojayá, símbolo de la barbarie en Colombia, despide a víctimas de la masacre 17 años después

79 civiles —45 de ellos, niños— murieron tras caer una bomba en una iglesia donde se refugiaron de combates entre las FARC y paramilitares.

79 civiles —45 de ellos, niños— murieron tras caer una bomba en una iglesia donde se refugiaron de combates entre las FARC y paramilitares.

Bojayá, símbolo de la barbarie en Colombia, despide a víctimas de la masacre 17 años después

Bojayá, símbolo de la barbarie en Colombia, despide a víctimas de la masacre 17 años después

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Más de 600 familiares de las víctimas mortales de la masacre perpetuada en Bojayá, en el departamento selvático del Chocó, el 2 de mayo de 2002, se reunieron este domingo en el polideportivo de este municipio para participar en una ceremonia que tardó más de 17 años, pero que por fin se dio: despedir a sus muertos.

El acto fue posible luego de que los restos fueran identificados tras más de 17 años. Al lugar fueron llevados cerca 79 cofres, de los cuales 45 eran blancos, pertenecientes a los niños. El resto son cafés, donde reposan los restos de los adultos.

Aquel 2 de mayo de 2002, el municipio se vio asediado por un enfrentamiento entre guerrilleros de las FARC y un comando paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Dicha confrontación terminó con el lanzamiento de un cilindro bomba por parte de los guerrilleros que cayó sobre el techo de la iglesia, donde la comunidad había llegado a resguardarse del enfrentamiento.

Los muertos fueron enterrados en una fosa común sin haber sido identificados plenamente. Los restos fueron exhumados en 2006, pero hasta ahora no fueron identificados todos los cuerpos.

TEMOR A NUEVA TRAGEDIA. El pueblo de Bojayá aprovechó la despedida de las víctimas de la masacre para alertar al Gobierno de Iván Duque, a la ONU y a la comunidad internacional de la presencia en la zona de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo, la principal banda criminal del país.

Los enfrentamientos entre estos grupos atemorizan a la población, que teme revivir la tragedia de aquel fatídico día.