Opinión

Bolsas de plástico y huella de carbono

Bolsas de plástico y huella de carbono

Bolsas de plástico y huella de carbono

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Hay un consenso generalizado de que somos la especie más contaminante del mundo y probablemente del universo, como dicta nuestro antropocentrismo, a menos que Jaime Maussan tenga razón.

El cambio climático constituye una de las peores amenazas medioambientales que enfrenta la humanidad. La amenaza sólo puede ser detenida por los mismos que la provocan. Es decir,  nosotros y el sistema de producción en el que vivimos.

El impacto de nuestros hábitos y actividades cotidianas son parte de la huella de carbono o huella ecológica que dejamos en el planeta. Desde que habitamos una casa, comemos, nos transportamos, compramos cualquier cosa, todos nos convertimos en seres contaminantes. Todos. Nadie se salva. Sin embargo, ciertas acciones permiten reducir nuestro impacto medioambiental.

Las personas en lo individual están tomando cierta postura mucho más responsable con su huella ecológica. Algunas personas están dejando de comer carne (la industria cárnica contamina más que la industria del transporte, según diversos reportes académicos); otras usan menos automóviles  y más la bicicleta o el transporte público; otras consumen menos plástico; hacen compostas; compran ropa de segunda mano y menos en la industria fast fashion; compran menos productos tecnológicos, etc.

Hay una lista gigantesca para reducir nuestra huella ecológica. Reconozco y aplaudo esas acciones en lo individual, porque no es sencillo y muchas veces tampoco cómodo. Crecimos acostumbrados a contaminar excesivamente.  Hay detrás de esa costumbre industrias millonarias, por ejemplo,  Amancio Ortega, dueño de Inditex, la marca textilera que agrupa Zara y que es reconocida por premiar más el diseño y el precio que la calidad de la ropa. Ortega es uno de los hombres más ricos del mundo.

Las acciones en lo individual funcionan cuando se agrupan y crean movimientos que buscan integrar a más personas a disminuir el consumo excesivo. Sin embargo, tiene que estar acompañado necesariamente y forzosamente con políticas gubernamentales y conciencia de las propias industrias.

Necesitamos industrias que cambien sus modos de producción y se comprometan a reducir su impacto medio ambiental. Gobiernos que presionen y hagan más leyes para proteger el medio ambiente, que es igual a proteger la vida.

A partir de mañana en la Ciudad de México no se permitirán las bolsas de plástico. Nadie niega que la medida es necesaria, pero no existe un plan claro para dejarlas de utilizar. Ni existe conocimiento generalizado de, por ejemplo, si las bolsas que son hechas con plantas, animales y otras son realmente biodegradables. O si utilizamos ese tipo de bolsas hechas con materiales orgánicos pero no van a una composta se descomponen adecuadamente y no contaminan.

En medidas y temas medioambientales los gobiernos y las industrian tienen que estudiar, escuchar y trabajar con los expertos para hacer leyes y programas que realmente garanticen disminuir nuestra huella ecológica y no sólo sean medidas políticamente correctas que no cambien el problema de fondo u ocurrencias que no generen una cultura de reciclaje y de disminución de desechos.

Asimismo, tenemos la obligación desde lo individual de cambiar hábitos de consumo y presionar a los que toman las grandes decisiones.

Twitter: @wendygarridog
wengarrido@gmail.com