La polémica llamada en la que el presidente de EU, Donald Trump, presionó a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, para que investigara a Joe Biden, potencial rival político en las elecciones de 2020, alarmó al entonces secretario de Seguridad Nacional, John Bolton.

Esta llamada, ocurrida el 25 de julio, es la que ha motivado a la oposición demócrata a iniciar un proceso de juicio político contra Trump, y también causó polémica en el sino de la Casa Blanca.

De hecho, según explicaron testimonios este lunes, durante las comparecencias en el Congreso de EU precisamente en el marco del impeachment, la polémica venía de antes. Ya el 10 de julio, Bolton, que renunció al cargo en septiembre, discutió con Gordon Sondland, embajador estadunidense para la Unión Europea, por trabajar junto a Rudy Giuliani, abogado personal de Trump, en las presiones a Ucrania.

Una exasesora de la Casa Blanca, Fiona Hill, testificó el lunes que Bolton le instruyó para que notificara al abogado en jefe del Consejo de Seguridad Nacional sobre los esfuerzos de Sondland, Giuliani y el jefe de gabinete, Mick Mulvaney, en relación a Ucrania, según fuentes citadas por el diario The New York Times.

Hill, que dejó su cargo de directora jefe para asuntos de Europa y Rusia en el gobierno, poco antes de la famosa llamada, llegó a asegurar a los legisladores que Bolton, que al parecer renunció tras meses de tensiones con Trump sobre las políticas exteriores de EU, afirmó que “Giuliani es una granada de mano que nos va a hacer estallar a todos”.

PRESIÓN CRECIENTE. Esta declaración llegó mientras la Fiscalía de EU investiga a dos socios de Rudy Giuliani por financiamiento ilegal de la precampaña de reelección de Trump; unos fondos que pudieron redirigirse a las presiones a Ucrania. Además, algunas informaciones de medios de EU han indicado que la Fiscalía también prepara una investigación contra el propio Giuliani.