
La Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP-CDMX) comenzó a operar desde el 20 de agosto de 2005 con el fin de prevenir el maltrato de los animales. En teoría, debía evitar el maltrato animal y, en los casos necesarios, regular y apoyar la operación de albergues para aquellos especímenes que debiesen ser rescatados de sus torturadores humanos.
Sin embargo, la realidad condujo a que la sede de la Brigada, ubicada en Xochimilco, se convirtiera en un albergue en el que los animales domésticos, perros y gatos, han saturado las capacidades de espacio y presupuesto. Lugares pensados originalmente para equinos rescatados (teóricamente en tránsito a otro albergue) fueron adaptados para poder mantener a un gran número de animales de compañía, actualmente 132 perros y 29 gatos, algunos de ellos aún con comportamientos que son consecuencia de haber sido lastimados gravemente o en situación de abandono.
La Ley de Protección de los animales de la capital es la que dio origen a la Brigada y en sus artículos 5 y 7, aunado al 10 Bis, menciona las facultades de la autoridad al respecto: apoyar a la SSP a generar una cultura cívica de protección, responsabilidad, respeto y trato digno de los animales; integrar y operar brigadas de vigilancia animal para responder a las necesidades de protección y rescate de animales en situación de riesgo.
Sobre este último punto, la Ley indica que se coadyuvará con asociaciones civiles en la protección y canalización de animales a centros de atención, refugios y albergues de animales.
En el caso de animales silvestres, el rescate debe ser seguido de la entrega a autoridades competentes para su resguardo.
Con el paso del tiempo, el espacio que fue destinado para salvaguardar a los animales, se ha convertido en un albergue que poco a poco se llena. Animales heridos, maltratados o simplemente abandonados viven en la sede de la Brigada en espera de ser adoptados. Es una situación difícil para los elementos que se encargan de la brigada, puesto que no cuentan con los recursos necesarios para mantenerlos en las debidas condiciones.
La alianza, efectivamente, es con diversas fundaciones protectoras de animales que existen en la Ciudad de México.
Carmelo Hernández, Coordinador Operativo de la Brigada, señala que trabaja muy de cerca con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Explica que enfrenta limitaciones legales, como no poder ingresar a los domicilios sin algún documento que verifique el por qué de la revisión. Además de que el desconocimiento por gran parte de la ciudadanía sobre la existencia de la Brigada dificulta el trabajo.
“En primera la gente no sabe que es un delito el maltrato animal y en segunda, no saben que existe la Brigada Animal y eso hace más difícil el trabajo”, explica Carmelo. Actualmente la Brigada cuenta con 75 elementos operativos y tan sólo siete patrullas y dos motos para operar en toda la capital.
Cada elemento de la Brigada que forma parte del personal operativo recibe capacitaciones cada mes con el fin de concientizar a los policías y evaluar los perfiles que forman parte del programa ya que debe existir una empatía y gusto por los animales.
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