Los Huecos del Agua. Arte actual de Pueblos Originarios. Hasta Julio 2019. Museo Universitario del Chopo. www.chopo.unam.mx

Itzel Vargas Plata cura una de las más importantes exposiciones del 2019 que revela no sólo diferencias y equivalencias culturales, sino también los mecanismos de subordinación y emancipación estética de los pueblos originarios de México, así como la criollización (Édouard Glissant) y resistencia entre la herencia indígena prehispánica y actual y la modernidad y el arte contemporáneo occidental.

Los Tlacolulokos (Darío Canul y Cosijoesa Cernas) utilizan sobre todo pintura mural para reivindicar sus raíces indígenas; sin embargo, sus pinturas resultan derivativas del muralismo callejero de Los Angeles, del Arte Chicano y sobre todo de Kehinde Wiley, pintor afroamericano que ha subvertido la etnicidad de la pintura occidental de retrato, y de quien los Tlacolulokos se fusilan incluso usar grecas o arabescos en los fondos de sus retratos. ¿Los Tlacolulokos representan un lacerante sometimiento cultural y una mera derivación estética o son un esfuerzo más que busca dotar de profundidad al Street Art?.

El otro polo, lo representa Maruch ­Sántiz Gómez, quien en su serie de los años noventa, Creencias de Nuestros Antepasados, documenta la cosmovisión y simbología tzotzil (Wikipedia), dando un inusitado giro cultural a procesos estéticos y formales anticipados por Lothar Baumgarten, Herman de Vries o Lois Weinberger. Otro artista innovador es Fernando Palma Rodríguez y su diálogo entre máquina, hombre, cultura y naturaleza (ver Artgenetic, 8MAR2014).

Artistas como Noé Martínez, Martha López, Humberto Gómez, José Chi Dzul, Andy Medina, Octavio Aguilar, Abraham Gómez, Mauro Pech, etc., demuestran muchos matices entre estos dos polos y la tensión entre lo manual —artesanal y lo conceptual— discursivo. ¿Qué tanto es resistencia, qué tanto es diálogo intercultural?, ¿Qué tanto es apropiación o qué tanto es dependencia entre culturas?, ¿El próximo Bruce Nauman será indígena?

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