Brugada barre sólo por donde pasa la suegra

Vaya sorpresa que se llevaron los vecinos de San Miguel Teotongo, en la alcaldía de Iztapalapa, al ver que la alcaldesa, Clara Brugada, envió, desde muy temprano, cuadrillas completas de trabajadores a limpiar, pintar, barrer y recoger cascajo de la calle de Magnolia, donde ayer la Jefa de Gobierno entregó el primero de 10 mil de los sistemas de captación de agua pluvial que se instalarán en la zona oriente de la Ciudad. Dicen los vecinos que en lo que va de la administración nunca se habían aparecido por el lugar a realizar tareas de limpieza o de mejoramiento barrial. Pero lo que más les sorprendió a los habitantes de aquella colonia fue que únicamente “embellecieron” el sitio donde pasó y estuvo la Jefa de Gobierno, porque el traspatio quedó igual de sucio como siempre. Ahora sí que como dice el dicho, Brugada “barrió sólo por donde pasa la suegra”.

La displicencia de los morenos

Muy criticada fue la actuación de los morenistas, en especial del señor Jesús Martín del Campo, el presidente de la Mesa Directiva del Congreso, al no saber qué hacer durante la gresca que protagonizaron taxistas, ambulantes y personal de seguridad en la calle de Donceles. Y es que quedó en evidencia que los morenos quedaron rebasados, pues ni si quiera pueden procurar la seguridad en el recinto y mucho menos, dice la oposición, en toda la Ciudad. Dicen por ahí que la trifulca escenificada el martes pasado en las escalinatas de lo que antes era la ALDF no refleja otra cosa más que la anarquía que se vive en la capital. La CDMX se ha convertido en territorio de nadie, pues lo mismo manifestantes toman instalaciones y vías públicas a su antojo, que arman actos vandálicos en sitios emblemáticos y de trabajo legislativo. ¿En qué va a parar todo esto?

Pintadita patrocinada por Padierna

Lo que bien se aprende no se olvida, manque ahora seas fuerza política mayoritaria. Cubetitas de pintura circulan en el centro de la Ciudad de México, cortesía de la diputada Dolores Padierna. Una pintadita y, además, un bonito contraste: fachadas cuquis de quien apoya y fachadas descarapeladas de quien no.

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