Cultura

Buscan el origen de los cráneos del tzompantli del Centro Histórico

Investigadores del PAU-INAH indagan de dónde pertenecían los hombres, mujeres y niños de la empalizada de cráneos sacrificados, así como de una torre que tendría 4 metros, utilizando técnicas isotópicas y genéticas

Buscan el origen de los cráneos del tzompantli del Centro Histórico

Buscan el origen de los cráneos del tzompantli del Centro Histórico

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

¿De dónde eran las personas sacrificadas en Templo Mayor cuyos cráneos fueron colocados en el tzompantli hallado en el predio de Guatemala número 24, en el Centro Histórico de la Ciudad de México? Es la pregunta que tratan de responder arqueólogos del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través de análisis de isótopos aplicados a 194 cráneos.

El arqueólogo Raúl Barrera, coordinador del PAU, narra a Crónica que en 2015, cuando hallaron el Huei Tzompantli –donde se alista la apertura de una ventana arqueológica para su exhibición– lo primero que encontraron fueron cerca de 11 mil 800 fragmentos de cráneos humanos.

“El siguiente paso fue dar con el edificio del Huei Tzompantli, extendimos las excavaciones e hicimos una cala longitudinal en el pasillo central del inmueble que nos permitió encontrar la esquina noreste del Huei Tzompantli, no estamos viendo todo el edificio, quizá sea alrededor de un 25 por ciento de la estructura”, platica Barrera.

Los arqueólogos también detectaron una superficie de estuco con orificios donde fueron plantados los postes que formaron parte de la empalizada del tzompantli. “Estas huellas son orificios con alrededor de 25 centímetros de diámetro y cada huella se encuentra separada una de otra, entre 90 centímetros y un metro de distancia”, comenta Barrera.

El arqueólogo recuerda que el tzompantli era un edificio donde se exhibían los cráneos de los sacrificados en Templo Mayor, en este caso, dedicados a Huitzilopochtli, dios de la guerra.

“También se encontró un muro circular elaborado de cráneos humanos. Nos sorprendió mucho tener esta evidencia, francamente no teníamos conocimiento de algo así, de una torre de cráneos humanos. Fue un hallazgo relevante para la arqueología mexicana, sobre todo la mexica, para profundizar en el conocimiento de su religión y cosmovisión. Los cráneos fueron unidos con cal y arcilla”, precisa Barrera.

La torre tiene cuatro metros con 70 centímetros de diámetro, fue construida en diferentes momentos constructivos, al menos en tres, añade. “Todavía seguimos investigando, seguramente tendremos más información conforme avancen los trabajos”.

La torre tiene un círculo interno, como si fuera un cilindro, y su fachada interna también está hecha de cráneos colocados de manera que miran hacia al centro del círculo; en la parte externa los cráneos miran hacia el exterior.

“Desconocemos la altura de esta torre puesto que, recordemos, fue destruida como resultado de la conquista española y de sus aliados, los indígenas que llegaron a Tenochtitlan y arrasaron la ciudad o, por lo menos, los edificios existentes entre 1519 y 1521”, narra.

Barrera estima que la torre quizá llegó a tener hasta cuatro metros de altura.

¿MUJERES GUERRERAS? El arqueólogo responsable del PAU detalla que los cráneos del tzompantli, en su mayoría, son del sexo masculino aunque también hay un gran porcentaje de mujeres y alrededor de un 3 por ciento son niños.

“Queremos saber quiénes fueron esas personas y eso es un proceso de investigación que lleva tiempo. Se han retirado un total de 194 cráneos –en un trabajo donde colaboran los antropólogos físicos Jorge Gómez Valdés y Rodrigo Martínez Bolaños–; todos los cráneos están fragmentados, aunque aparentemente se ven completos”, indica Barrera.

El experto señala que actualmente esperan los resultados de análisis de isótopos para conocer la procedencia de estos individuos.

“Por las fuentes históricas sabemos que durante las misiones de conquista mexicas se capturaban guerreros que eran traídos con vida a Tenochtitlan y, si estaba marcada alguna celebración en Templo Mayor, eran sacrificados”, narra el arqueólogo.

Por tanto, la hipótesis es que sean guerreros foráneos.

“Hay un gran porcentaje de mujeres, no lo podemos afirmar, pero quizá algunas de ellas fueron guerreras. Y los niños deben ser los representantes, entre los humanos, de los dioses”, plantea Barrera.

Visita del tlatoani

Autoridades de la Ciudad de México han comentado públicamente que el 13 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador y parte de su gabinete visitarán los vestigios del Huei Tzompantli, sin embargo, el arqueólogo Raúl Barrera aún no tiene la certeza de que eso ocurra.

“No tengo conocimiento de ello, pero nosotros seguiremos trabajando. Este es un trabajo a largo plazo y hemos avanzando con el registro arqueológico y el análisis de cráneos. Nos interesan análisis genéticos y fechamientos de estos restos óseos”, señala.