Más de un kilo de basura es lo que en promedio produce diariamente cada habitante de la Ciudad de México, dando así como resultado que a diario la capital del país llegue a generar más de 12 mil toneladas de desechos.

La situación se torna mucho más alarmante en zonas como la Central de Abastos, enclavada en la alcaldía Iztapalapa, y el famoso mercado de Tepito, en la alcaldía Cuauhtémoc, donde las cifras alcanzan números impresionantes, ya que, según datos de la Secretaría del Medio Ambiente local, cada día sólo estos dos lugares generar casi 700 toneladas de residuos.

De estas miles de toneladas, gracias a estadísticas de la UNAM, se estima que anualmente cada mexicano desecha alrededor de 200 botellas de PET, lo que significa que en un año la CDMX utiliza y deshecha 1, 770 millones de botellas.

Aunado a ello el material utilizado para la fabricación de estas botellas es un tipo de plástico casi indestructible, pues no es un material biodegradable, por lo que en condiciones naturales puede tomar hasta mil años en desintegrarse de forma parcial, ya que nunca se eliminan totalmente, motivo por el cual desde 1860 —año en el que este material se creó— no existe ningún plástico que haya podido ser eliminado totalmente.

De continuar con esta tendencia mundial, que desde varias décadas ha predominado, la fundación Ellen Mc Arthur ha estimado que para el 2050 existirá más plástico que peces en los océanos, cifra estremecedora que podría convertirse en una realidad.

Debido a ello es que el PET es considerado el material más contaminante, sin embargo son pocas las medidas serias que las autoridades han tomado para incentivar su reciclaje y transformación en otros objetos útiles para las personas tales como la producción de textiles, escobas, fibras, joyería e inclusive hasta la elaboración de materiales que pueden ser integrados en las construcciones como pisos, bancas y hasta muros.

¿RECICLAJE? En la Ciudad de México aunque desde principios de este año el Congreso de la CDMX aprobó la entrada en vigor de la prohibición de bolsas de plástico —medida que para 2021 se extenderá a también prohibir los plásticos de un solo como: popotes, recipientes desechables, vasos, cubiertos, entre otros— el problema ambiental y la contaminación que genera el PET aún representa un tema que pocas veces el gobierno capitalino y la industria privada han tomado en serio.

Pues a pesar de la existencia de centros de acopio, plantas de reciclaje y campañas para incentivar esta práctica en la capital del país continúa sin existir una política en forma que cimiente las bases para emprender y construir una cultura de reciclaje que verdaderamente pueda hacerle frente a la gran problemática.