Opinión

C.C.P. El Electorado Mexicano

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Se cumple un año del triunfo de AMLO, pero en realidad sólo han transcurrido siete meses desde que el actual gobierno tomó posesión, aunque se empezaron a tomar decisiones desde el día siguiente de la elección. Mucho ha pasado desde aquél histórico 1 de julio, cancelación del aeropuerto, nombramiento y remociones de gabinete, nuevos aliados, viejos enemigos, T-MEC, Trump, muro norte y sur, cumplimiento de promesas de campaña y también tropiezos. Evaluar las expectativas para sexenio completo en tan pocos meses no sólo es aventurado, sino imposible, requeriría una bola de cristal, pero todos especulan.

Como presidente electo AMLO no dudó en empezar a tomar control de las grandes decisiones, para lo que Enrique Peña Nieto no opuso ninguna resitencia. Una de las cortesías más importantes y positivas fue el incorporar a Jesus Siade al equipo negociador del T-MEC, como representante del futuro gobierno.

Los cumplimientos de las promesas de campaña no se hicieron esperar, aún sin tomar posesión. La polémica en transición se concentró principalmente en la revisión de la obra de infraestructura más importante del sexenio pasado, el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. El presidente electo llamó a una consulta ciudadana, cuya metodología fue cuestionada pero no tanto como el resultado. El NAIM se canceló como consecuencia de la consulta, pero sin duda fue algo más que eso, fue el primer mensaje de AMLO a los grandes grupos de poder, que el mando lo tendría él. La obra del aeropuerto ahí está, trunca, pero la necesidad subsiste y seguramente el interés, por lo que quizá, en el momento preciso o necesario podría retomarse, permitiendo al sector privado su conclusión y operación.

Su gabinete de arranque fue el que propuso desde la campaña, sólo un nombre cambio, Héctor Vasconcelos, que nunca dejó el Senado, llegando Marcelo Ebrard como Canciller, sin duda el secretario más posicionado dentro del equipo presidencial. Pero hubo bajas. Germán Martínez dejó el IMSS, la Secretaria del Medio Ambiente renunció forzada por un error propio, mientras que el Instituto Nacional de Migración también presentó un relevo a las primeras de cambio. Se especula de más reacomodos.

La relación con el poder legislativo, donde tiene mayoría no ha sido totalmente tersa. Martí Batres y Mario Delgado han jugado un papel disciplinado y efectivo. En una actitud diferente ha estado Porfirio Muñoz Ledo, quien fiel a su estilo no deja de expresar su sentir sobre ciertas decisiones, aún la presidenciales, las cuales no necesariamente comparte. Ricardo Monreal por su parte, ha sido un protagonista desde su trinchera, bélico y hábil, como siempre ha sido, dispara aún contra los cercanos del Presidente, incluida la dirigente de su partido Yeidckol Polevnsky y los integrantes del gabinete. Monreal continuará con su estrategia y tratará de negociar con fichas que está construyendo de la nada, pero que le permitirán intercambiar posiciones en 2021 y quizá en 2024.

La relación con Estados Unidos es una bomba que cualquier día puede volver a explotar y hoy más en plena campaña presidencial, que es larga para los estadounidenses pero que para nosotros los mexicanos parecerá eterna. Por lo pronto esperamos la aprobación del T-MEC en los congresos de nuestros dos socios, quienes parecen no tener tanta prisa.

Los enemigos ahí están, no son sólo los conservadores y los neoliberales, esperando que cada tropiezo, cada contradicción, cada conflicto al interior del propio equipo del Presidente y su partido. Así transcurrieron apenas 7 meses, vertiginosos y para nada aburridos.

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@maximilianogp