Opinión

C.C.P. Enrique Peña Nieto, Presidente de México

C.C.P. Enrique Peña Nieto, Presidente de México

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Llegó el final del sexenio y con él su sexto y último informe de gobierno. Los resultados de su paso por la presidencia serán vistos por muchos como un vaso medio vacío, Usted y su equipo lo verán como un vaso medio lleno, mientras que otros dirán que el vaso no tiene una gota de agua.

El arranque de su sexenio fue espectacular. Pese a que su partido no tenía mayoría absoluta en ninguna de los dos cámaras, generó consensos para cerrar reformas constitucionales que requirieron dos terceras partes de los integrantes en cada una de las cámaras. Ese lance de operación política llevó consigo el acompañamiento de los que hasta ese momento eran los dos grandes partidos de oposición, PAN y PRD, juntándolos en un bloque que arrinconaba como el enemigo del avance de la nación a Andrés Manuel López Obrador.

El Pacto por México, cuyos pilares fueron la reforma energética, educativa, de telecomunicaciones y financiera, fue recibido con bombo y platillo por la opinión nacional e internacional. Era la consolidación de ese marco legal tan esperado para despegar hacia un mayor crecimiento económico, por encima de los pobres promedios de las dos últimas administraciones, sin embargo nos quedamos estancados. Es cierto, la economía siempre creció; que no fue el caso de todas las economías emergentes ni avanzadas, pero parecía que las reformas darían un impulso mayor, quizá por la expectativa generada por los mensajes de la propia presidencia.

Es innegable que sí hubo algunos beneficios de las reformas. En telecomunicaciones se tradujo en más competencia y menores precios de los servicios para el consumidor final. Sin embargo la reforma educativa quedó a deber, siendo considerada una reforma administrativa más que realmente una de fondo en materia de educación. Por lo que toca a la energética nunca pudo expresarse en el indicador que los mexicanos querían, gasolina más barata, sino que incluso tuvo un gran incremento que fue políticamente demoledor para el PRI y para Usted.

Se cometió otro error, por omisión o por negligencia. Las reformas estructurales debieron empezar por una gran reforma anticorrupción como base de las demás, misma que se dejó del lado, y ése fue a la postre su talón de Aquiles.

Otra gran deuda social es la falta de resultados en el combate a la delincuencia. Somos un país cada vez más vulnerable a la delincuencia en restaurantes, carreteras, tala ilegal de bosques, fraudes vía telefónica o cibernética, al cobro de piso, secuestros, extorsión, robo de identidad, huachicoleo, trata de personas, robo de menores y asesinatos, siendo el crimen la actividad  más lucrativa del país. En parte culpa de muchos gobernadores y presidentes municipales, pero al final cobrado a Usted.

Hoy cierra con una negociación de un tratado comercial con Estados Unidos que vale más por no haber quedado conforme a las amenazas de Trump que por lo que en realidad hayamos ganado de terreno en algún sector.

Así, a tres meses de entregar el poder a la oposición, los medios están saturados de nuevos mensajes en los que todavía intenta rescatar la opinión sobre su administración, aunque los que juzgaron, lo hicieron ya el pasado 1 de julio. No se puede hablar, señor Presidente, de que todo fue malo, pero sí de un vaso que se ve hoy más vacío que como lo entregaron, aunque será el tiempo el que permitirá verlo mejor.

maximilianogarciap@gmail.comTwitter: @maximilianogp