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“China quiere acabarnos, pero no lo va conseguir”

Hong Kong vivió el undécimo fin de semana consecutivo de protestas contra la represión y por la democracia, en lo que representa la crisis política más aguda de las últimas dos décadas.

Hong Kong vivió el undécimo fin de semana consecutivo de protestas contra la represión y por la democracia, en lo que representa la crisis política más aguda de las últimas dos décadas.

“China quiere acabarnos, pero no lo va conseguir”

“China quiere acabarnos, pero no lo va conseguir”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La crisis en Hong Kong entre los activistas pro democracia, por un lado, y el gobierno local y China, por otro, se agravó ayer, luego de que miles de jóvenes desafiaran la prohibición de manifestarse ayer, un día después de la detención de nueve líderes de la protesta. El centro de la excolonia británica se convirtió al caer la noche en un campo de batalla entre jóvenes con máscaras de gas, montando barricadas y lanzando bombas caseras, y policías lanzando cañones de agua, gases lacrimógenos, disparos al aire y arrestando a numerosos manifestantes.

“China quiere acabar con esta ciudad, que ya no podamos manifestarnos. Nos quieren callados y complacientes”, gritaba una manifestante. “Pero no lo van a conseguir. No tenemos miedo”.

La prensa oficial china volvió a advertir ayer que  “si las autoridades hongkonesas no consiguen controlar las manifestaciones, el Gobierno central intervendrá”. Mientras tanto, el régimen de Pekín sigue enviando soldados a las ciudad de Shenzen, fronteriza con Hong Kong, en lo que los analistas califican de última advertencia de Pekín a los demócratas hongkoneses.