Opinión

¿Científicos expresan un “No rotundo” al Tren Maya?

¿Científicos expresan un “No rotundo” al Tren Maya?

¿Científicos expresan un “No rotundo” al Tren Maya?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El pasado 11 de diciembre, la sección Academia del periódico La Crónica publicó un amplio artículo con el llamativo título de: “Científicos expresan ‘No rotundo’ a que el Tren Maya toque la selva de

Calakmul”. En este artículo se recogen las opiniones de tres investigadoras del CICY (Centro de Investigación Científica de Yucatán) así como, de una investigadora de la UADY (Universidad Autónoma de Yucatán). Sorprende la ligereza en el manejo de información que en el artículo se atribuye a las investigadoras y sorprende también el título que es totalmente engañoso, por decir lo menos.

Para empezar, habrá que aclarar que el proyecto Tren Maya. desde sus inicios, acordó ir acompañado de la academia, de los científicos y tecnólogos tanto nacionales como regionales. El director del proyecto, el arquitecto Rogelio Jiménez Pons, ha dicho una y otra vez, que el acompañamiento de la ciencia es imprescindible en todo proyecto y mucho más en proyectos de esta compleja dimensión. Por tanto, desde muy temprano, desde inicios del proyecto Tren Maya, se han comenzado a tejer redes de colaboración con Universidades, Politécnicos, Tecnológicos; con Centros Públicos de investigación e incluso con instituciones educativas preuniversitarias. La respuesta de las instituciones ha sido de una gran generosidad y se han firmado ya una veintena de convenios marco de colaboración con instituciones de un prestigio incuestionable: la UAM, la UNAM y el IPN, entre otras.

Estos convenios han generado múltiples propuestas de proyectos que han emanado desde todas estas instituciones, para coadyuvar en el fortalecimiento del proyecto y en el cumplimiento de sus objetivos que son, entre otros, la protección, cuidado, preservación y promoción de las riquezas ambientales y culturales.

Por lo anterior, sorprende que se publiquen con tal amplitud opiniones poco fundamentadas científicamente, bajo un título que nos involucra a todos los que nos dedicamos a la ciencia en México. Hasta donde nos hemos podido percatar, la comunidad científica tiene una gran diversidad de visiones, pero quienes se han acercado a nosotros, al Comité Científico del Tren Maya, lo están apoyando y se han sumado para colaborar en la construcción de una alternativa de desarrollo socioeconómico para una región que, históricamente, ha sido abandonada, desdeñada y que hoy tiene la gran oportunidad de tener un tren que le brinde conectividad y desarrollo.

En segundo lugar, las afirmaciones que se adjudican a las profesoras, en realidad son lugares comunes poco o nada informados, son opiniones que un académico responsable no expresaría. Por ejemplo: advierten que el Tren Maya puede provocar la deforestación de la selva tropical de México. Esta afirmación refleja un total desconocimiento del proyecto. El Tren Maya se construirá en, por lo menos, la mitad de su trayectoria, sobre la vía ya existente que va desde Palenque hasta Valladolid, un trazo que fue concebido desde épocas de Porfirio Díaz. En el resto del trayecto se aprovecharán espacios ya impactados con antelación, como carreteras y líneas de transmisión eléctrica, conocidas comúnmente como líneas o redes de alta tensión de la CFE, de manera que las correcciones del trazo que se salgan de estos espacios serán las mínimas.

Seguramente las profesoras que escribieron el artículo saben que el daño que hacen las carreteras al ambiente son mucho más perjudiciales que las que provoca un tren. Esto puede verse con un simple mapa de las carreteras en la Península, salta a la vista lo fragmentada que está, no por el trazo del tren, sino producto de las decisiones que se tomaron en el pasado. Particularmente, en lo que se refiere a la recarga del manto freático, una vía de tren está lejos del daño que provoca una carretera que no permite la infiltración. Y si ahondamos en el tema, cabe señalar, que el crecimiento carretero en la Península ha sido abrumador, con el consiguiente daño al ambiente, a la fauna, a la recarga hídrica y, sin embargo, no encontramos voces en el pasado reciente ni el presente, que se hayan opuesto a este crecimiento desordenado.

Las profesoras expresan su preocupación porque el Tren Maya pueda cambiar los ciclos de lluvia. Entonces, si no se construye el Tren Maya ¿las lluvias en la Península florecerán?. Lástima que no sea así. Si las profesoras leen los libros del Chilam Balam ahí ya pueden encontrar referencias a las sequías que impactaban a la población maya, mismas que ocasionaban sacrificios y que luego causaron abandono de las grandes metrópolis mayas como Palenque y Chichén Itzá y fueron causa del colapso de esta civilización, pero si leen a Mendoza y colaboradores en 2006, podrán informarse que las sequías han sido constantes en la Península, como es el caso de hoy en Calakmul. Desafortunadamente, con tren o sin tren, las sequías en la zona serán recurrentes, a menos que, con la llegada del Tren Maya, se promueva el desarrollo de diversas tecnologías para llevar agua a la zona.

El proyecto del Tren Maya plantea medidas de mitigación intensas precisamente orientadas a la reforestación en todo el trayecto. Esta acción es de primera importancia, dado el gravísimo deterioro que la Península ha sufrido en las últimas décadas. En lo que se refiere a las especies, con el proyecto Tren Maya se colocarán pasos de fauna a lo largo de su trayecto para recuperar la conectividad faunística que se ha visto mermada dramáticamente como consecuencia del crecimiento desordenado de la red carretera.

El proyecto del Tren Maya propone impulsar la economía regional facilitando la comercialización de la producción local (miel y productos del campo, por mencionar algunos), que hoy tienen una muy difícil salida al mercado nacional o internacional. El exceso y el soprepeso de camiones que hoy transportan las toneladas de insumos que requiere la Península, generan una gran contaminación, así como accidentes fatales para personas y animales. Con el tren en funcionamiento, la carga será transportada con mayor eficiencia, disminuyendo los impactos ambientales que, hasta hoy, el transporte de carga genera en la zona.

Para concluir, nuestra sugerencia para las profesoras es que se acerquen al proyecto del Tren Maya, las puertas han estado abiertas permanentemente, y que actúen como hacemos los científicos: primero revisamos la información sólida a fondo, para después expresar nuestra opinión. Si luego de tener la información se emite una opinión, que sea a título personal, de manera individual, de ninguna manera es la opinión de “los científicos”. Estamos abiertos. Acérquense al Tren Maya y hagan suyo este proyecto. ¡Sí se puede!

*Coordinador del Área Científica del Tren Maya