Cinco de entre los 11 estados opositores al Insabi y a la compra consolidada de medicamentos ocupan los últimos lugares en cobertura médica del país, de acuerdo con los indicadores de la Organización Mundial de Salud.

Se trata de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Nuevo León y Morelos: tienen de 5 a 6 camas por cada 10 mil habitantes, cuando el criterio fijado por la OMS para 2018 era de 18 camas; y cuentan con 18 a 23 médicos y enfermeras por cada 10 mil habitantes, cuando el organismo internacional había definido al menos 44 para ese año.

En general, pocas entidades alcanzaron los parámetros de la OMS, aunque las ya mencionadas están entre las más rezagadas. Sólo la CDMX supera las metas establecidas.

Dos datos reflejan el retraso mexicano en salud: las ambulancias promedian 25 años de servicio, mientras los equipos técnicos y de diagnóstico de enfermedades, hasta 40 años.

Jalisco, cuyo gobernador Enrique Alfaro, se ha negado a la adhesión al Insabi y a la adquisición grupal de medicinas, se ubica en el peldaño más bajo de médicos, enfermeras y especialistas por cada 10 mil habitantes, según cifras de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud (con base en datos de la Dirección General de Información en Salud).

Guanajuato, gobernado por el panista Diego Sinhue Rodríguez, también antagonista a ambos proyectos federales, presenta atrasos en número de camas, médicos y especialistas.

Michoacán, del perredista Silvano Aureoles, quien se resiste al Insabi, aparece en los últimos sitios de todos los rubros.

Nuevo León, representado por el independiente Jaime Rodríguez Calderón, quien se ha rehusado a ambas firmas, exhibe los déficits más altos en médicos, enfermeras y especialistas.

Y Morelos, cuyo mandatario Cuauhtémoc Blanco tampoco ha respaldado al Instituto del Bienestar ni al plan de compras consolidadas, también evidencia las peores estadísticas en camas por cada 10 mil habitantes.

En el mapa de capacidades instaladas, el sur y centro del país son las regiones más desfavorecidas.

En el promedio de los 32 estados, hay 8 camas por cada 10 mil habitantes, 10 menos de lo proyectado por la OMS para 2018. Y 27 médicos, enfermeras y especialistas por cada 10 mil mexicanos, 17 por debajo de los valores estipulados por la Organización.

“Para la compra de medicamentos 2020 estuvimos conversando con los estados desde finales de 2019 y les solicitamos que formalizaran su disposición de conceder al gobierno federal la facultad de organizar las compras consolidadas, que nos permiten proteger el interés público, tener los mejores medicamentos, los más seguros y modernos y, al tiempo, conseguirlos a precios razonables”, narró Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud.

Los seis ya referidos rechazaron la oferta, por lo cual, según el funcionario, “a lo largo de 2020 el abastecimiento dependerá de ellos, cualquier reto que pudieran enfrentar tendrán que solventarlo de manera directa, dado que ellos decidieron hacerlo por sus propios medios y con sus mecanismos de compra y abastecimiento”.

—¿Qué argumentaron? —se le cuestionó.

—Tenían compromisos contractuales que, según sus leyes locales, si los interrumpieran podrían tener penalizaciones; algunos de estos contratos estaban cerca de vencer, otros se vencerán en los años siguientes.

Sobre las ambulancias y equipos médicos vetustos, detalló: “Cuanto más se aleja uno de las capitales y de las zonas urbanas, encuentra uno equipos más viejos que necesitan ser sustituidos; algunos ya fuera de condiciones de operación o que ya no se consiguen los insumos necesarios para su operación”.

AMPLÍAN PLAZO. Ayer se anunció la adhesión de 3 estados más al Insabi: Tlaxcala y Sinaloa, del PRI, además de Nayarit, del PAN, con lo cual se han sumado 21, ya en los últimos días del término planteado por la Federación.

Aunque se había anunciado el 30 de enero como plazo para la aprobación, Juan Antonio Ferrer, director del Instituto, lo amplió: “Tenemos hasta el lunes (3 de febrero) para la firma de la adhesión o no adhesión dentro de los acuerdos de coordinación”.