
Un disco de vinil que el pianista húngaro György Sandor (1912-2005) le dedicó a Rafael Tovar y de Teresa (Ciudad de México, 1954-2016), así como grabaciones únicas de la compositora mexicana Angélica Morales o del austriaco fabricante de pianos Henri Herz, que visitó México durante el siglo XIX, así como discos que nunca llegaron al país, pero que el ex secretario de cultura compró durante sus viajes por Europa, forman parte de los dos mil 604 soportes sonoros de la Colección Rafael Tovar y de Teresa que actualmente resguarda la Fonoteca Nacional.
“Rafael fue un melómano y su colección ingresó en dos momentos a la Fonoteca Nacional, el primero fue el 16 de febrero de 2009 y el segundo, el 23 de octubre de 2012. Estos dos ingresos suman 2 mil 604 soportes sonoros, en su mayoría discos analógicos, de vinil. Se hizo un convenio de comodato con vigencia indefinida, es decir, el material sigue siendo de los herederos y nosotros solamente somos una institución que resguarda la colección”, explica Sergio Sandoval, director de Conservación y Documentación Sonora de la Fonoteca Nacional.
Las obras que resguarda cada disco de la colección, añade la especialista Carla Berges, es prácticamente toda la música de concierto. “Tiene muchos soportes importantes de música mexicana de concierto, pero tiene música desde la Edad Media hasta contemporánea e incluye todos los géneros desde música orquestal, ópera y música de cámara”.
Pero la fortaleza de este acervo está en la música de concierto para piano, instrumento por el que Rafael Tovar y de Teresa tenía una especial obsesión, por ello la institución, ubicada en Coyoacán, resguarda los discos con las grabaciones más famosas y repertorios reveladores o poco escuchados en México.
“Están los discos que más conocemos, de las marcas Deutsche Grammophon, Decca, RCA. Pero más allá de eso, hay ediciones que no se consiguen fácilmente, discos de pianistas que a lo mejor grabaron en una de esas marcas y después el disco desapareció porque nadie le hizo caso. Muchas de estas cosas las tenía Rafael Tovar y de Teresa”, comenta Theo Hernández, coordinador de Catálogo de Música de Concierto de la Fonoteca.
Por ejemplo, una de dichas ediciones raras es el disco “Welte Mignon 1905. Primeras grabaciones estéreo con destacados artistas interpretadas con la pianola Welte” (o en su nombre original: Welte-Mignon 1905 - Erste estéreo-Aufnahmen mit der berühmten Künstlern Jahrhundertwende von Welte-Klavierrollen).
“Welte es una pianola especial que manejaba intensidades al mismo tiempo que velocidades, entonces varios de los pianistas más importantes grabaron con ese instrumento, estamos hablando desde Debussy y Prokófiev, hasta Granados”, añade Hernández.
Otro disco que los especialistas destacan de la colección es Mozart Edition. Les concertos pour violin Volumen 3, que contiene una dedicatoria del famoso violinista polaco Henryk Szeryng.
Una anécdota similar, narra Hernández, es “que György Sandor era amigo de Rafael Tovar y de Teresa, y el licenciado fue a sus conciertos, entonces tenemos un disco que no es tan raro pero que fue firmado por Sandor. Se nota que Rafael asistió al concierto, oyó el disco y de alguna forma lo vivió y eso es lo más importante”.
En la Colección Rafael Tovar y de Teresa están todos los pianistas importantes: Claudio Arrau, Jorge Bolet, Friedrich Gulda, Vladimir Horowitz, Krystian Zimmerman, Martha Argerich… y está todo el repertorio tradicional: las sonatas de Beethoven, Brahms, Chopin, Bach, Rachmaninov.
“Pero el valor de esta colección son las versiones que se tienen (en los discos) porque el conocedor (o coleccionista) además de cubrirlo todo, lo cubre viendo a artistas específicos, por ejemplo, a Julian von Károlyi, un pianista (esloveno) bastante desconocido pero que fue gran intérprete de Chopin y aquí tenemos una grabación de él”.
JOYAS MEXICANAS. El gusto de Rafael Tovar y de Teresa por la música inició desde niño, cuando asistía a todos los conciertos que podía y cuando, de joven, realizaba sus compras musicales en la hoy desaparecida Sala Margolín, por lo que —en palabras de Carla Berges— ese amor por la música no nació durante su ejercicio como secretario de Cultura.
“Estudió un poco de piano y no era una persona que le gustaba sólo escuchar ópera, era un gran conocedor de la música. Él tuvo la oportunidad de oír a muchas figuras en Europa durante los viajes que hizo, y en México iba a todos los conciertos, siguió siendo un amante de la música más allá de su trabajo”, aclara la especialista.
En cuanto al repertorio mexicano, los encargados de estudiar el acervo destacan dos materiales: un disco de la pianista mexicana Angélica Morales (1911-1996) y del pianista austríaco-francés Henry Herz, los cuales se incorporarán en la plataforma Musiteca, proyecto que próximamente dará a conocer la Fonoteca Nacional.
“Hay un pianista del siglo XIX que se menciona mucho en las crónicas: Henri Herz, un pianista virtuoso tipo Liszt pero que viajaba por todo el mundo. Él viajó a México (de 1849 a 1850) y dio algunos conciertos, pero fue importante en la lista de los músicos viajeros del XIX en México. Siempre nos preguntábamos ¿dónde conseguir música de Herz? Pues Tovar tenía una grabación”, señala Theo Hernández.
En la colección también existe una de las pocas grabaciones de Angélica Morales: Clave bien temperado, una grabación que hizo al final de su vida. “Ella fue una gran intérprete de Bach y la tenemos gracias a la colección de Tovar”, explica Carla Berges.
-La Colección Rafael Tovar y de Teresa se resguarda en las bóvedas de la Fonoteca Nacional y algunos de los discos se pueden escuchar en la Audioteca Octavio Paz, ubicada al interior del recinto cultural ubicado en Francisco Sosa 383, Barrio de Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México.
Copyright © 2017 La Crónica de Hoy .