La semana pasada en una de sus ya clásicas conferencias de prensa mañaneras, el presidente de México Andrés Manuel López, aseguró que mucho dinero del presupuesto, se queda en el gobierno federal por lo que dijo, esos recursos deben trasladarse a la gente.

Para explicar mejor lo anterior, López Obrador, mencionó que las administraciones pasadas “agrandaron al gobierno al crear instituciones para todo, supuestos órganos autónomos con muy buenos sueldos para los altos funcionarios públicos”.

Para ello, hizo referencia a dos casos que, para él ilustran esta situación y mencionó al Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, organismo que por cierto, prácticamente desaparecerá con la anulación de la reforma educativa que ha estado promoviendo Morena en el Congreso de la Unión; pero también López Obrador se fue contra el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) institución que si bien no ha sido del todo imparcial, si ha contribuido a la transformación del ejercicio del servicio público.

Pero, más allá del papel que juegan estos organismos creados en las administraciones pasadas la inquietud de Andrés Manuel es por la cantidad de recursos que se erogan del presupuesto nacional para la manutención de estos organismos y que, coincidiendo con él, sí es mucho dinero que bien puede distribuirse en el incremento al presupuesto de la educación, a la ciencia y tecnología o bien, puede destinarse al sector salud.

Si ésa es la idea, (desaparecer instituciones para redistribuir y priorizar recursos) entonces no estaría nada mal iniciar con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), pues en gran parte es la culpable de la realidad que vive la clase trabajadora que ha estado sumergida en una crisis salarial por décadas y ante ello, este organismo privilegia la opacidad de los informes con los que dice fijar el salario.

En reiteradas ocasiones, desde este espacio, he sido crítico de tal Comisión nacional pues sólo trabaja una vez al año cuando su Consejo de Representantes, instala una sesión ordinaria para que desde ahí decidan cuál deberá ser la remuneración mínima de millones de trabajadores que viven con 80 pesos al día, mientras que su titular, Basilio González Núñez, quien se ha perpetuado en el cargo, y ha suscrito que no está de acuerdo con hacer públicos sus datos patrimoniales, gana más de 173 mil pesos al mes.

Con la desaparición de la Conasami, el gobierno se estaría ahorrando más de 238 millones de pesos de presupuesto destinado a este organismo de los cuales el 64.8 por ciento es utilizado para gasto corriente y el resto, se destina para “gastos de operación” según el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT) de la Conasami, perteneciente indirectamente a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

Por si fuera poco, estos recursos varían toda vez que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que de 2001 a 2014, la Conasami gastó 539 millones 600 mil pesos en 144 estudios socioeconómicos en los cuales se “respaldaría la fijación anual del salario mínimo”, pero ninguno de ellos reflejaba una metodología o logística para la determinación del monto de los salarios “ni los factores a considerar para el incremento del mismo”.

Por ello, creo que existen sobradas razones para que la llamada austeridad que comienza a caracterizar a este gobierno, haga justicia y ponga fin a un organismo que en lugar de ser aliado de la clase trabajadora, otorga un mísero salario que ha perdido totalmente su poder adquisitivo, por lo que de acuerdo a estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México tiene uno de los peores salarios de América al estar muy por debajo de países como Perú, Bolivia, República Dominicana y Ecuador por mencionar algunos, pues nuestro país sólo está por encima de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala en cuanto a remuneraciones suficientes o mínimas de todo el continente.

O dígame usted estimado lector, ¿estaría de acuerdo en que esta comisión que tanto nos cuesta a los mexicanos siga fijando su salario?, ¿no sería mejor la extinción de la misma y con ello, los altos sueldos de sus funcionarios que tanto han quedado a deberle a los trabajadores y al pueblo de México? Usted tiene la última palabra.

Twitter: @julioc_moreno