La forma en la que ves el mundo, es en realidad un reflejo de lo que tú eres interiormente. La alegría o la infelicidad provienen de los pensamientos fundamentales que abrigas. Por eso ¡cuida tus pensamientos! No aceptes prejuicios. Camina con confianza en la vida. Si crees en ti mismo, los otros acabarán creyendo en ti.

Trata de encontrar tu propósito en la vida, recuerda que la felicidad es una elección que se refleja en tus actitudes y que ser optimista, aún en las situaciones difíciles produce más éxito que fracasos.

Recuerda que quien en verdad te quiere, está interesado realmente en ti, en tu persona, en tu felicidad y no en lo que haces o tienes sino en lo que eres. Por eso no bases nunca tu felicidad en las opiniones ajenas. La reputación es lo que otros ven en nosotros y es efímera y tornadiza. Trata de mostrar honestidad, confiabilidad y amabilidad. Pero recuerda que nuestro verdadero SER es intocable e inexpugnable para ellos.

Así que no dejes que nada ni nadie defina como eres tú, eso sólo Dios y tú lo saben. Ninguna ideología o persona te pueden decir quién eres, sino tú mismo. Por lo tanto nunca dejes tu futuro en manos de nadie.

Ocúpate de tu salud, de tu bienestar físico y de tu felicidad, pues de ello depende tu bienestar en general hoy y siempre.

Recuerda que quien vive bajo estrés o presión extrema, tratando siempre de ser perfecto, acarrea enfermedades e infelicidad para su persona.

Además aquí en la tierra la perfección no existe. Aprecia lo que tienes y quién eres y de esa forma te sentirás más fuerte y feliz siempre.

Vive y goza siempre en el presente, pero no te conformes ni dejes de luchar por tus sueños, y cuando llegues a esa meta vuélvete a plantear otra. La vida siempre es acción, quien se estanca pierde. Jamás te des por vencido, la vida es como un juego que no acaba, hasta que se acaba.

Cuando quieras obtener un trabajo enfócate en descubrir lo que realmente te apasiona y no en el sueldo que van a pagarte, Si descubres tu pasión y te aplicas a ella con entusiasmo, el dinero llegará por añadidura. Además, en tu trabajo siempre trata de hacer un poco más de lo que hacen los demás, y piensa que la verdadera competencia debe ser contigo mismo. No temas a la competencia sino a la incompetencia. Con tu personal mejoría y constancia acabaras obteniendo el reconocimiento de tus superiores.

Al tomar una decisión importante en tu vida, date tiempo de reflexionar y tómala con calma, sopesa las consecuencias, buenas o malas, para que nada te sorprenda. Darnos tiempo para pensar, para reflexionar antes de actuar, nos convierte en seres más asertivos.

Tener la mente lúcida y el espíritu sereno ayuda a tomar las decisiones correctas al enfrentar los grandes retos de la vida . Tu inteligencia aunada a tu voluntad son una fuerza inquebrantable, úsalas.

Pide consejo a quienes de verdad te aman en los momentos álgidos de la vida. No eres un héroe para cargar en soledad con tus problemas. Siempre hay ayuda cuando la necesitas.

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