Opinión

Covid-19. Asunto de seguridad nacional

Covid-19. Asunto de seguridad nacional

Covid-19. Asunto de seguridad nacional

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La emergencia sanitaria por el coronavirus se establece como problema de seguridad nacional. El manejo de la crisis pasará de manera paulatina pero inexorable al Ejército, la Marina-Armada pero en especial a la Guardia Nacional que tendrá, tomen nota, un papel protagónico.

Es natural que sea así porque las fuerzas armadas, que conforman la base que sostiene al sistema democrático nacional, son las instituciones mejor preparadas, organizadas, disciplinadas y con capacitación para manejo de crisis. Ellos, como pidió el presidente, no se apanican. Los médicos militares, muchos de ellos, tienen estudios de manejo de epidemias precisamente por la relación que tienen con el tema de la seguridad. Las fuerzas armadas cuentan con el respaldo de la población y es seguro que el tema del coronavirus servirá para cerrar grietas abiertas entre el Ejército y los ciudadanos.

Desde luego la atención directa recaerá en los trabajadores de la salud, que para eso están, pero la logística del operativo nacional será responsabilidad de las fuerzas armadas. Ya se dijo en una de las mañaneras que se prepara un plan DNIII, pero lo que viene es mucho más que eso. Mucho más. Estoy seguro que las mentes más preclaras del Ejército ya lo saben, ven su inminente avance y seguro ya tiene un plan de movilización nacional. No se trata, para que no haya malas interpretaciones, de una intentona de nada, sino de darle un soporte logístico a los esfuerzos nacionales para remontar la crisis.

¿Recuerdan el papel del Ejército después de los sismos del 85? Después de las dudas y titubeos de las primeras horas, algo muy parecido al pasmo evangélico de AMLO, se resolvió por fin darle salida a los soldados y las cosas se encarrilaron. Pues algo así. Quiero imaginar que incluso en sus momentos de éxtasis místico, López Obrador, que aguarda un milagro, sabe que el Ejército es la mejor herramienta con la que contamos y los dejará trabajar. Incluso los soldados que están trabajando en Santa Lucía tienen que dejar esa chamba y concentrarse en lo que viene. Hay riesgo tangible de acciones disolventes y además de inestabilidad social.

Los funcionarios del gobierno vinculados a las cuestiones hacendarias tendrán la responsabilidad de poner en marcha programas emergentes para que la gente tenga recursos para resistir el día a día, pero es muy probable que se requiera acondicionar espacios para la atención de los contagiados en alcaldías de la ciudad y del país. Tendrá que hacerse muy rápido y bien y el Ejército es la única institución que cumple esos requisitos, hacer las cosas rápido y bien.

Para lo que viene será clave que el Ejército tenga una comunicación asertiva, clara, honesta, con la población porque cualquier medida que se tome requerirá de la participación de todos. También en este rubro, el de la comunicación, el Ejército tiene que tener listo un plan de acción para evitar en lo posible improvisar sobre la marcha.

Todo mundo habla del desempeño presidencial ante la emergencia, de su irresponsabilidad, de sus actos que han minado la autoridad del vocero del gobierno federal, el subsecretario de Salud que le pide a la población comportamientos que el presidente ignora, como si él estuviera por encima de los demás mexicanos. No lo está. Un error grave que ya está teniendo consecuencias, pero hasta el presidente tendrá que pasar más tiempo tumbado en su hamaca de Palacio Nacional, por el bien de todos.

jasaicamacho@yahoo.com
Twitter: @soycamachojuan