Metrópoli

Crean refugios para evitar la desaparición del ajolote

El anfibio es considerado una especie endémica de Xochimilco◗ Durante un recorrido en embarcaderos, especialistas hallaron uno o dos ajolotes por cada kilómetro de canal

Axolotl, una salamandra mexicana en peligro de extinción
Axolotl, una salamandra mexicana en peligro de extinción Axolotl, una salamandra mexicana en peligro de extinción (La Crónica de Hoy)

El ajolote, “fascinante anfibio mexicano” que habita en los embarcaderos de Xochimilco, se encuentra en peligro de extinción. Incluso, se ubicó en la categoría de especie “críticamente amenazada” de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Su principal depredador: la tilapia y la mojarra, dos especies acuáticas que también habitan en los embarcaderos de Xochimilco y que en los años 80 fueron “introducidos por error” por las autoridades de esta época, quienes buscaban que la zona ofreciera el atractivo de la pesca, situación que agravó el problema, ya que estas dos especies se comen los ajolotes y sus huevecillos; además de  las aves que llegan a los canales para comérselos.

Desde hace 10 años, el antropólogo Gustavo Cabrera y el biólogo Rubén Rojas han sido los encargados de realizar las investigaciones y mantener la preservación de los embarcaderos y chinampas de Xochimilco, así como de las aves y animales que habitan ahí.

“Después de la preocupación en la zona, nos nació la idea de cómo conservar y preservar el lugar, ya que las posibles soluciones sólo han sido recurrentes y a corto plazo”, detalló el antropólogo.

Los expertos detallaron que la idea y el proyecto que se ha estado llevando a cabo es crear estrategias para que la zona tenga una mejor atención para su conservación

“Tenemos una zona lacustre y se necesita una estrategia para conservar lo natural, lo cultural y que conviva con lo social”, comentó Cabrera.

Así es como nace la idea principal del proyecto “Restauración Ecológica”, para lograr la recuperación de la zona chinampera y el mantenimiento de la biodiversidad de Xochimilco.

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Por: Angélica VillanuevaJune 11, 2025

Esto hizo que ambos expertos partieran en la creación de refugios cien por ciento naturales y amigables con la zona para no alterar lo hecho por el hombre y lo creado por la misma naturaleza.

Las chinampas son esenciales para que los Ajolotes, el día de hoy, puedan sobrevivir.

“Al detectar la chinampa en donde se construirá el refugio, se pide permiso al dueño y se le pide que se responsabilice de cuidar y mantener la zona en donde vivirán los ajolotes”, detalló Rubén Rojas.

Se colocan biofiltros alrededor de la chinampa y en lugares estratégicos para que no dejen pasar a las carpas y tilapias que son los principales depredadores y amenazas de la especie que hoy en día se encuentra en peligro de extinción.

Otra función de los biofiltros es que quitan patógenos y metales pesados del agua contaminada, beneficiando a los animales nativos como el acocil, pescadito blanco y a los ajolotes.

El canal que es utilizado para el refugio, se aísla completamente del agua del embarcadero para lograr que el agua se vea completamente limpia y transparente.

Al tener el agua ya limpia y aislada se comienzan a generar larvas y zooplancton, para que al alimentarse de los organismos  sigan la cadena alimenticia.

“Se busca que los institutos generen los espacios más naturalmente adecuados para reproducir a los ajolotes, porque en un laboratorio totalmente aislado es difícil que los animales sobrevivan cuando son puestos en su hábitat”, explicó Cabrera.

Cabrera y Rojas sólo tienen identificados 14 refugios en donde mantienen a los ajolotes fuera de peligro; sin embargo, no saben en qué condiciones está cada uno de ellos, ya que se necesitan aproximadamente 15 mil pesos para darles el cuidado y mantenimiento que requieren.

“Es difícil que los mismos chinamperos puedan darle el mantenimiento necesario porque no les alcanza y se necesita de un apoyo económico extra” explicó Cabrera.

Xólotl se niega a consumirse se escondió en el maíz pero lo hallaron se escondió en el maguey pero lo hallaron cayó en el agua y fue el pez axolotl el dos-seres y “luego lo mataron”.

Fue su quietud la que me hizo inclinarme fascinado la primera vez que vi a los axolotl. Oscuramente me pareció comprender su voluntad secreta, abolir el espacio y el tiempo con una inmovilidad indiferente. Después supe mejor, la contracción de las branquias, el tanteo de las finas patas en las piedras, la repentina natación (algunos de ellos nadan con la simple ondulación del cuerpo) me probó que era capaz de evadirse de ese sopor mineral en el que pasaban horas enteras.

Pequeño lagarto de jalea. Gran gusarapo de cola aplanada y orejas de pólipo coral. Lindos ojos de rubí, el ajolote es un lingam de transparente alusión genital.

Todo en ellos delata una profunda nostalgia del lodo. El habitante ideal de un medio ambiguo: el fango, que no es ni líquido ni sólido, como el ajolote no es ni acuático ni terrestre; ni cabalmente branquial ni totalmente pulmonar, sino ambos o ninguno a la vez.

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