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Perdieron el partido, pero conquistaron al mundo con su futbol valiente, de entrega y con el tercer lugar del Mundial Rusia 2018, la Selección de Croacia regresó a su país para festejar con millares de aficionados reunidos en Zagreb, su máximo logro deportivo, desde que en 1991 se convirtió en una nación soberana, tras una cruenta guerra independentista.
Tras años de combates que dejaron destrucción y tragedia, en Croacia se festejó en la capital y en todas las ciudades del país el subcampeonato del mundo, ya que pese a perder la final ante Francia por 4-2, los croatas se mostraron orgullosos de sus jugadores que vistieron con gallardía el uniforme ajedrezado blanco y rojo.
Por ello, el equipo croata recibió una apoteósica bienvenida que millares de aficionados le brindaron en una nación de apenas cuatro millones de habitantes, cuya población se volcó a vitorear a sus héroes desde el aeropuerto a la plaza Ban Jelacic de Zagreb, donde desataron la euforia popular.
Los fuegos artificiales se veían por todos lados para celebrar el mayor logro en la historia del deporte croata, luego de que en Francia 1998 se adjudicaron el tercer lugar, en una fiesta a la que muchos aficionados llegaron desde la noche del domingo, para esperar la llegada del conjunto balcánico.
El acontecimiento histórico obligó a las autoridades a reducir el costo del tren a la mitad y los estacionamientos fueron gratuitos, para agilizar el interminable desfile de fanáticos que querían ver a sus héroes nacionales y que fueron recibidos por la presidenta Kolinda Grabar-Kitarovic, quien los condecoró por el logro y además destacó la magnífica promoción que hicieron del país balcánico.
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