Opinión

De candidatos a influencers de la sociedad mexicana

De candidatos a influencers de la sociedad mexicana

De candidatos a influencers de la sociedad mexicana

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Miguel Ángel Gallegos Cárdenas*

En estos momentos en México, se lleva a cabo el proceso electoral que concluirá el próximo seis de junio con las votaciones y elección de diversos cargos populares en las treinta y dos entidades federativas. Esto comprende a 15 gobernadores y la renovación de la Cámara de Diputados, que incluye a 300 diputados de mayoría relativa (votos directos para los candidatos) y 200 diputados elegidos por representación proporcional (cada partido registra una lista de candidaturas por regiones y se asigna en relación a la cantidad de votos), además de 1,900 titulares de municipios, ayuntamientos o alcaldías y la renovación de 30 congresos locales.

Como cada trienio, se vuelve a decir que serán las elecciones más grandes de la historia por muchos factores. En esta ocasión, según datos oficiales se tiene una lista nominal de 93 millones 528 mil 473 votantes, distribuidos en 48 millones, 462 mil 689 mujeres y 45 millones 65 mil 784 hombres. Una cifra importante, si consideramos que el último censo de población y vivienda 2020, arrojó una cifra de 126,014,024 habitantes. Entonces un 74.22% de la población total en nuestro país tendrá la posibilidad de emitir su voto. La pregunta es ¿Cuántos realmente acudirán a votar?

Es verdad que el contexto de pandemia en que vivimos será un factor proporcional que limite a mucha de la ciudadanía para acudir a emitir su voto, pero parece que en esta ocasión, hay otros elementos que han contribuido al desencanto social.

Los partidos políticos son concebidos por la Constitución Política como, “entidades de interés público; la ley determinará las normas y requisitos para su registro legal, las formas específicas de su intervención en el proceso electoral y los derechos, obligaciones y prerrogativas que les corresponden... tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, fomentar el principio de paridad de género, contribuir a la integración de los órganos de representación política, y como organizaciones ciudadanas, hacer posible su acceso al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo... Sólo los ciudadanos y ciudadanas podrán formar partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos; por tanto, quedan prohibidas la intervención de organizaciones gremiales...”. Buenas intenciones tiene la Carta Magna, pero desafortunadamente algunos actores le contradicen con sus hechos.

Estas entidades legitimadas, aceptadas y avaladas por la sociedad son la forma de acceso al poder público, pero desafortunadamente muchos de los que han pasado por esos espacios, no han sabido estar a la altura del deber cumplido. Por el contrario, han echado a perder la credibilidad, confianza y aceptación social. De hecho durante varias décadas lo vinieron haciendo. Gran parte de la sociedad mexicana no está contenta con el espectáculo que ve y escucha todos los días en los diferentes medios de comunicación.

Actualmente se ve por las calles o pantallas de cualquier dispositivo, a una gran cantidad de personajes, sean hombres o mujeres, repartiendo sus mejores sonrisas y más aún sus mejores promesas de campaña, en que afirman que todo va a mejorar si se vota por ellas o ellos. ¿Será cierto o mentirán?

En los llamados candidatos, existe todo tipo de perfiles, trayectorias, ideologías, formaciones, pensamientos, formas de ser y hasta amalgamas de colores y principios nunca antes visto. La mezcolanza de candidatos y de partidos está a todo lo que da en los medios de comunicación y en las calles, todos prometiendo todo en plena pandemia, poniendo en riesgo sus propias vidas y las de sus semejantes. La ambición de poder es más fuerte que la de vivir y la de servir. Mentir para muchos candidatos es lo más sencillo con tal de obtener un lugar mediante esa forma de acceder al poder público, para en su momento influir en los demás y a veces sólo para servirse así mismos.

Desafortunadamente la sociedad sabe lo que sucederá en la mayoría de los casos una vez que concluyan las campañas y los procesos electorales. Adiós promesas y contacto ciudadano, vecinal y social. Siguiente fase, hacer uso de los recursos públicos no para cumplir sus compromisos de campaña con la sociedad, sino solamente para ver qué negocio o acuerdo les deja más. Lo dice la evidencia.

No se debe olvidar que una gran parte de los candidatos que ahora vemos, promoviendo su mejor sonrisa e inundando los espacios de propaganda de todo tipo, son quienes en algún momento pasarán a ser representantes del pueblo, hacedores de leyes, administradores públicos, tomadores de decisión y ejecutores de recursos.

Es por eso que los candidatos electos, sea el espacio que ocupen, pasarán a ser influencers de la sociedad, es decir, influenciadores del acontecer de lo que pueda o no ocurrir en la sociedad. Construir o modificar leyes, administrar presupuestos y recursos, generar e implementar políticas, programas y proyectos, son acciones que tienen inevitablemente un impacto para bien o para mal en la sociedad. Por ello, será conveniente madurar y reflexionar muy bien a quien se le entregará el beneficio de la duda en la responsabilidad encomendada.

Entonces los candidatos que tengan la confianza de los votantes pasarán a ser influencers de la sociedad. Por lo tanto, convendría que tuvieran una sólida formación académica, profesional y vivencial sobre los particulares en que se proponen intervenir, además de una fuerte dosis de ética, principios y valores humanitarios.

Lamentablemente no siempre sucede así. Además, tanto partidos políticos como muchos de sus candidatos, sólo han demostrado que su fortaleza es insultar, descalificar y agredir a sus oponentes. Triste realidad, pero en muchos casos se requiere de mejores perfiles, trayectorias y propuestas.

Hoy más que nunca, se necesita elegir a los candidatos más dignos, preparados y con ética para que puedan representar e influir positivamente en la construcción de una mejor sociedad.

*Egresado del Doctorado en Ciencias Sociales, en el Área Sociedad y Educación, de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana miangaca@hotmail.com