
Con una carrera plagada de singularidades: su nombre, en honor a la casa donde realizaban sus primeros ensayos como banda, conocerse desde los cinco años, conseguir la fama internacional primero como compositores… Morat, esta noche, logró con rotundo éxito su primera presentación en la Ciudad de México.
Los “ocupados” millennials decidieron reunirse en El Plaza Condesa para aplaudir a la agrupación colombiana. “¡Hoy es viernes y pecamos!”, le decía muy convencido un chico a otro. “¿Con quién vienes?”, preguntó un joven a su amigo. “Con mi novia, ya sabes, le gusta Morat”, fue la respuesta. Reencuentros inesperados en la pista. Era el ambiente en el inmueble.
Papás con rostros de nostalgia por “aquellos tiempos”. Todos en el mismo espacio, pero cada uno en sus asuntos. Todo cambió a las 21:16 horas, cuando sonó “Mi nuevo vicio”. Toda la atención se volcó al escenario. “¿Cómo vamos México?”, cuestionó Juan Pablo Villamil Cortés (banjo, guitarra, voz y wismichu calvo). La respuesta, ensordecedores “alaridos” del público.
Para agradecer, el vocalista prometió “una fiesta para todos” y lo cumplió, explicando a su público cada historia detrás de las piezas que dan forma a su carrera. Juan Pablo Isaza Piñeros (teclados, guitarra, voz) también dijo gracias por la entrega. “Va a ser una de esas noches que va a quedarse grabada en la historia de la banda. El aplauso, en realidad, es para ustedes”.
“En un sólo día”, “Aprender a quererte”, “Yo más te adoro”, dedicada a todas las mujeres mexicanas; “Ya no estás tú”, para recordar sus primeros años “Cuánto me duele”, y “Di que no te vas”, presentada por Simón Vargas Morales (bajo, guitarra, voz) que fue una de las más coreadas –aunque por momentos la voz del público se adelantara–, dieron forma al setlist.
En “El embrujo”, una de las piezas más lentas, algunos aprovecharon para ponerse de acuerdo “en dónde seguirla” o para comprar chelas para refrescar sus gargantas y poder seguir haciendo las veces de coro.
La emoción fue total cuando Morat pintó su logo de los colores patrios y Juan Pablo se arropó con la bandera nacional, mientras Martín Vargas Morales ( batería, coro) recordó la colaboración con uno de los cantantes más famosos del país, Alejandro El Potrillo Fernández. Para deleite de todos y subir la emoción Morat ofreció “Sé que te duele”.
El mensaje inicial del vocalista, “muchas gracias por ser parte de esto, sin ustedes no estaríamos acá”, fue premiado con la entrega de los mexicanos, quienes gritaban “¡Morat, Morat, Morat! o se ponían románticos al ritmo de “Ahora que no puedo hablar”.
Luces rojas, violetas y en jade, acompañadas de proyecciones en una pantalla gigante, animaban a las parejas, amigas y quién podía a abrazarse para disfrutar de “Ladrona”. “Mil tormentas” marcó el encore, pero la insistencia fue tal que Morat regresó con “Amor con hielo” y “Una vez más”, que varios cantaban con gran sentimiento.
El cierre con broche de oro Morat lo puso con “Cómo te atreves”, la que provocó la aparición de más celulares para grabar el momento que cualquier otra pieza, en parte para dar fe que el público aceptó el reto de Juan Pablo de “cantar el coro como nunca lo han hecho”. Tras agradecer una vez más, la alineación dio el adiós definitivo a las 22:43: horas.
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