Elementos de la Policía Federal y del Instituto Nacional de Migración asestaron  un golpe a los grupos delincuenciales que operan en la Central de Abasto, sobre todo a la banda de colombianos, luego de que detuvieron a  siete mujeres de origen sudamericano que instrumentaban la lotería clandestina denominada “rapidita” con la cual se generan cuantiosas ganancias para esa red de corrupción.

El operativo se realizó de manera sorpresiva tras las denuncias de este diario, y lograron detener infraganti a esas siete mujeres colombianas y venezolanas en el momento en que vendían los boletos de esa singular lotería que se realiza —muchas veces de manera forzosa—entre los comerciantes de la Central de Abasto, con lo cual se infringió la Ley de Juegos y Sorteos.

Esta acción se realizó en el andén “P” de la CEDA y de inmediato se trasladó a las extranjeras a la Estación del Instituto Nacional de Migración Las Agujas, ubicada en la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México, para determinar su situación legal en el país y deslindar responsabilidades.

Hace apenas  tres semanas, en entrevista con Crónica, el director de la Central de Abasto, Héctor García, aseguró que la lotería clandestina denominada “rapidita” ya se había erradicado.

Ello luego de que este mismo diario revelara la existencia de bandas delincuenciales, entre ellas las de colombianos, que han llevado consigo diversas técnicas para generar dinero de manera ilícita como esta lotería clandestina.

La zona de operación de estas bandas de colombianos es el área establecida en flores y hortalizas sección 1, donde ponen en marcha su llamada “rapidita”, una especie de lotería, donde ellos se quedan hasta con el 50 por ciento de lo recaudado, que muchas veces asciende a 30 o 50 mil pesos por cada una de esas loterías.

Su modo de operar consiste en mandar a personal femenino, (colombianas y venezolanas) a las áreas de frutas y abarrotes, donde venden boletos que van de los 500 a los tres mil pesos y el mismo día saben quién gana.

Ese ejercicio se realiza al menos tres veces a la semana y muchas veces se obliga a los comerciantes a participar en él, pues de lo contrario están en riesgo su integridad física o su local.

El director de la Central de Abasto reconoció que sí se efectuaban loterías ilegales  en la CEDA que dejaban ganancias millonarias semanalmente, pero aseguró que a su llegada —hace seis meses— ordenó implementar operativos para inhibir esta práctica.

Personal de la CEDA informó que las acciones emprendidas tienen el objetivo de robustecer la seguridad de los usuarios, además de dar certeza jurídica a los participantes de que tienen un cimiento para erradicar actos de corrupción de manera total en el centro de comercio, que asegura ser un detonante económico de la capital del país en corto tiempo.