
Un equipo de paleontólogos identificaron un nuevo taxón de anquilosaurio, tras estudiar restos fósiles de un esqueleto descubiertos en el sur de Utah, Estados Unidos, que incluían un cráneo puntiagudo con grandes protuberancias, similar al de los anquilosaurios asiáticos.
Cuando los paleontólogos desenterraron los restos en Utah se sorprendieron, ya que la mayoría de los anquilosaurios norteamericanos eran herbívoros fuertemente armados y de cuatro patas que lucían garras y una armadura lisa y huesuda que les cubría el cráneo.
Sin embargo, ese misterioso dinosaurio tenía un cráneo muy puntiagudo, parecido al de los anquilosaurios de Asia y se pusieron a estudiar el esqueleto que además tenía gran parte de la columna vertebral con la cola entera y un sínsacro casi completo, así como varios elementos de extremidades anteriores y posteriores.
Los investigadores explican que la disposición y morfología de la ornamentación craneal del ahora llamado Akainacephalus johnsoni, es sorprendentemente similar a algunos anquilosaurios asiáticos, pues el cráneo está densamente ornamentado con protuberancias osificadas, simétricamente dispuestas y elevadas.
Estas protuberancias, de textura superficiales lisas y forma piramidal, se distribuyen predominantemente a través de las regiones dorsal y dorsolateral de las nasales, los frontales y los orbitales, describen los paleontólogos en un artículo publicado ayer jueves en la revista especializada PeerJ.
El análisis sugirió una relación filogenética con los anquilosaurisos asiáticos, más que con los anquilosaurios laámidos del norte que vivieron en el Cretácico superior, por lo que se le consideró como un nuevo taxón de la especie, que ayudará a comprender mejor su diversidad y las relaciones evolutivas.
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