Metrópoli

Diálogo terso y batalla subterránea entre Sheinbaum y UnaCDMX por la policía capitalina

Quedó consumado el reencuentro entre Claudia Sheinbaum y los alcaldes electos desde la oposición a Morena, empieza de verdad la transición en el orden básico, el local, de gobierno; pero el diálogo ha abierto el primer gran debate, con tintes presupuestales: ¿9 de 16 alcaldes pueden tener policía propia?

Diálogo terso y batalla subterránea entre Sheinbaum y UnaCDMX por la policía capitalina

Diálogo terso y batalla subterránea entre Sheinbaum y UnaCDMX por la policía capitalina

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Cuando eran dos alcaldía, con las que además había poco contacto directo, el asunto no tenía relevancia: A Benito Juárez (PAN) y a Cuajimalpa (PRI) se les dejó tener policía propia, unos 400 policías que provenían de la Policía Auxiliar y que estaba bajo un mando a su vez subordinado al alcalde. Presupuestalmente no era relevante para la Ciudad y, además, era una concesión que permitía al gobierno de Sheinbaum quedarse por otros puntos presupuestales en su mano (dando y dando con un para de alcaldías mientras que 14 más, morenistas, se alineaban sin protestar).

Un único experimento similar ocurrió entre los morenistas, en el trienio que termina, Tlalpan también tuvo policía propia, pero finalmente tampoco representaba muchas transferencias presupuestales.

El problema es que la nueva composición de las alcaldías, a punto de vivir la transición, traerá consigo la petición expresa de que haya policía en 9 alcaldías. Por separado, al menos 8 de las 9 alcaldías (Tlalpan es justamente la duda) están planteando abiertamente la necesidad de tener policías a su cargo.

Así, el reencuentro entre los alcaldes de oposición y la jefa de Gobierno permitirá diálogos tersos, peor no por ello menos duros en el fondo: fuentes del gobierno capitalino confirmaron a Crónica que este es uno de los puntos en los que la morenista y su equipo ven, ahora sí, una sangría para el presupuesto centralizado.

Los promotores, hasta cierto punto involuntarios, de la idea opositora son Adrián Ruvalcaba y Santiago Taboada, quienes expusieron ante los demás electos la experiencia en Cuajimalpa y en Benito Juárez con policía propia: lo que gana la alcaldía y su ciudadanía es que el despliegue de los elementos no está subordinado a lo que pasa en otras demarcaciones. Aún así, el tema debe pelearse diariamente, pues, por ejemplo en Cuajimalapa, la creciente efectividad de los policías locales al controlar bandas de droga local, bastante limitadas en su accionar callejero por los patrullajes, ha provocado que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Omar García Harfuch “recupere” a los mejores policías de la alcaldía y los asigne a otras zonas. Esos policías son capacitados y entrenados en procedimientos por Cuajimalpa, pero no puede hacer nada cuando la Policía Auxiliar los llama a cumplir otra labor.

Las patrullas y equipamiento son también una ventaja. El dinero desde la alcaldía es asignado a automotores y armamento, mientras que en la numerosas filas de la SSC estos elementos suelen estar descuidados.

Pero el dinero es uno solo, la diferencia estriba en quien manda a los policías y quien usa el dinero asignado para su operación. Ese es el punto real de la discusión que recién se abre, si Sheinbaum aceptará ceder el dinero de seguridad pública en la mayor parte del territorio y lo que eso puede implicar para otro tipo de programas del interés de la 4T.

Lo terso del diálogo que ya está asegurado, no supondrá que la batalla por la policía sea menos espinosa.