
La Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa (UAM-I) utiliza plantas de lirio acuático para limpiar cuerpos de agua contaminados con hidrocarburos y metales. Esto es posible gracias a que en sus raíces la planta tiene un conjunto grande de bacterias y hongos que dividen o aíslan a las moléculas contaminantes más pesadas, explicó la profesora de la institución, Tania Volke Sepúlveda.
La académica dijo que, dependiendo del contaminante que sea retirado con ayuda del lirio, las plantas pueden ser reutilizadas para producir biodiésel o alimentos para ganado. En el país hay 635 sitios altamente contaminados, de acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Muchos de esos basureros contaminan cuerpos de agua en épocas de lluvia, problema que podría ser combatido parcialmente con plantas de tratamiento apoyadas con lirios acuáticos.
Desde hace más de una década, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) trabaja en el saneamiento de sitios contaminados por las industrias petroquímica y minera mediante plantas que devuelven el equilibrio a los ecosistemas. A este tipo de trabajo se le llama fitorremediación.
Tania Volke Sepúlveda, académica del Departamento de Biotecnología de esa sede, refirió que los proyectos son desarrollados en zonas de desequilibrio ecológico para transformarlas en sistemas sustentables de generación de biomasa, biodiésel, biopolímeros, alimento para ganado e incluso fármacos.
La fitorremediación combina la capacidad de los microorganismos para eliminar contaminantes de suelos y agua, o bien para disminuir su toxicidad, ya que tales agentes pueden habitar libres en las raíces o transportarse a la parte aérea de las plantas, viviendo como organismos endófitos, bacterias u hongos que crecen sin causar síntomas de enfermedad, mientras confieren diversos beneficios.
PLAGA O REMEDIO. El lirio acuático o eichhornia es una planta flotante considerada plaga por su desmedido crecimiento y que afecta la supervivencia de los ecosistemas donde habita, pero se ha descubierto que también es capaz de devorar diferentes elementos nocivos. Hasta ahora su control se realiza mediante extracción mecánica para ser triturada y sumergida en el sitio donde nació, sin embargo, las semillas sobreviven, germinan y vuelven a crecer.
“Se trata de transformar una plaga en una oportunidad”, dijo la especialista, de ahí que su manejo sustentable dependa de su composición, ya que si está contaminada puede emplearse como biocombustible, pero si el lirio está en buen estado será útil para la elaboración de prebióticos, enzimas, composta, nanocristales y monosacáridos, entre muchos otros productos.
La meta es lograr una biorefinería que permita transformar estas plagas en sistemas integrados, energéticamente autónomos y económicamente viables capaces de limpiar el agua, obtener biomasa para alimento de animales, biofertilizantes y biocombustibles útiles para la ganadería y la industria alimenticia que genere productos como enzimas, nutracéuticos e incluso fármacos.
Este proyecto multidisciplinario ha sido liderado por el doctor Ernesto Favela Torres, profesor-investigador del Departamento de Biotecnología, con financiamiento nacional e internacional, cuya planta de tratamiento se localiza en el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC).
En él también participan el Departamento de Ciencias de la Salud de la Unidad Iztapalapa, la Universidades Juárez Autónoma de Tabasco, Politécnica de Pachuca, de Guadalajara y el Institut de RecherchePour le Développement (IRD) de Francia.
La docente del Laboratorio de Residuos Sólidos de la Unidad Iztapalapa concluyó que entre los retos más importantes para los biotecnólogos destacan el aumentar la investigación multidisciplinaria para mejorar los procesos de fitorremediación y el aprovechamiento de biomasa contaminada, además de crear estrategias que desarrollen recursos naturales para producir bienes y servicios que conduzcan a soluciones ambientales.
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