Mundo

Ejércitos de sicarios olfatean negocio con la llegada de Trump

Oportunidad. Milicias privadas se alistan para vivir una nueva era con el nuevo presidente de Estados Unidos, que por un lado potencia la industria armamentista y, por otro, defiende el aislacionismo estimulando la contratación de sicarios para proteger sus embajadas e intereses en zonas calientes como Afganistán

Tropas estadounidenses en Irak
Tropas estadounidenses en Irak Tropas estadounidenses en Irak (La Crónica de Hoy)

Es como un sueño hecho realidad para ejércitos privados y sicarios de todo el mundo. Un empresario, fanático de las armas y sin ningún tipo de escrúpulos, durmiendo en la Casa Blanca y dirigiendo el mundo desde el Despacho Oval.

Con la llegada al poder en enero del republicano Donald Trump, compañías que ofrecen al mejor postor soldados a la carta, sin importarles la nacionalidad, la bandera o la causa por la que tomarán las armas, sino el cheque que reciban, olfatean negocio. La combinación de aromas es irresistible: el presidente de Estados Unidos quiere impulsar la industria armamentista nacional y, al mismo tiempo,k no quiere bajas estadunidenses en el exterior, principalmente los que patrullan embajadas en puntos calientes del planeta, como Irak, Pakistán o Afganistán. La única salida, por tanto, es la contratación de pequeños ejércitos privados, aunque la mala fama de estos implique que estas operaciones sean casi secretas.

Esta misma semana dio dos ejemplos de su estrategia militar. El martes, el Pentágono probó con éxito, por primera vez, un misil tierra-aire intercontinental, en respuesta a la amenaza de Corea del Norte de lanzar un cohete con ojiva nuclear que alcance la costa del Pacífico de EU. Un día antes, Trump ordenó armar a los kurdos del norte de Siria, para combatir al Estado Islámico. Todo, con tal de no enviar tropas a infiernos como el sirio, y evitar así las terribles fotos de ataúdes envueltos con la bandera de las barras y las estrellas, que tanto daño hicieron a la imagen del presidente George W. Bush y a la moral del Ejército estadunidense.

Luego de un confuso incidente callejero en el centro de la capital en 2007, al paso de una caravana con personal de la embajada de EU, los escoltas de Blackwater abrieron fuego contra los viandantes, matando a 17 civiles.

Siete años después, cuatro mercenarios fueron hallados culpables y condenados a penas de cárcel en EU. El escándalo destapó los oscuros negocios entre el Pentágono y Blackwater, compañía de mercenarios fundada en 1997, cuyo primer contrato con el Departamento de Defensa lo firmó en 2003 y por el que recibió 27.7 millones de dólares por el envío de sus “tropas”  a Irak. Destapó, asimismo los abusos cometidos por estos “matones a sueldo”, muchos procedentes de países ex soviéticos, en países como Afganistán o Uganda.

Sin embargo, con un simple cambio de nombre —del agresivo Blackwater al inofensivo Academi— las aguas se calmaron y los negocios regresaron, incluso bajo el mandato del presidente Barack Obama. Según fuentes cercanas al Pentágono, hasta 30 mil empleados de esta empresa contratados por EU pasaron por Irak.

La tragedia de los civiles kabulíes podría convertirse así en negocio para multinacionales de la guerra como Aegis Defense Services, que ha participado en misiones militares en unos 40 países y ha sido contratada por una veintena de gobiernos, e incluso por Naciones Unidas.

Alemania juzgará a danés acusado de espiar para Irán
Alemania juzgará a danés acusado de espiar para Irán
Por: Iván Guevara RamírezJuly 01, 2025

Pese a su origen británico, Aegis ha recibido contratos de hasta 300 millones de dólares del Pentágono, lo que le ha permitido a sus dueños crear un ejército privado de hasta cinco mil empleados.

Estos “ejércitos”, como Defion Internacional, con sede en Perú y dedicada a reclutar contratistas latinoamericanos para misiones por todo el mundo, tiene garantizado con Trump un futuro brillante, aunque tratarán siempre de trabajar en la mayor oscuridad posible.

Copyright © 2017 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México