Opinión

El abandono de los maestros

El abandono de los maestros

El abandono de los maestros

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La educación de México vive un total abandono. La energía y los recursos del sistema educativo deberían concentrarse en los factores detonantes del aprendizaje, como los profesores, pero eso no sucede, entre otras razones, por falta de recursos.

El informe McKinsey de 2007 tiene todavía hoy una enorme importancia por sus conclusiones sobre los factores clave para el éxito educativo de las naciones. La conclusión principal del Informe es que no importa tanto la inversión en infraestructura o en materiales, que lo determinante para los buenos resultados educativos es la inteligencia y preparación de los profesores.

Lo que hacen los países con mejor educación en materia de profesores es:

Es el caso de Finlandia. Claro, Finlandia tiene muchos rasgos únicos que han facilitado el apoyo a la profesión docente, entre otros, que es un país pequeño y rico, además, tiene un servicio profesional de apoyo a los alumnos que se retrasan lo cual eleva las tasas de aprendizaje.

La reforma educativa mexicana de 2013 tuvo muchos defectos: no fue discutida previamente con el magisterio, amenazaba la permanencia en el empleo, utilizaba la evaluación docente como único medio para la promoción, etc. Todo esto es cierto, pero habría que reconocer que tuvo una virtud esencial: puso en el centro de la política educativa a los docentes. Es decir, buscaba mejorar los aprendizajes por el camino de evaluar y formar de los docentes y las autoridades hicieron una gran inversión de dinero en ese propósito específico.

Esa política de enfocar las energías hacia el perfeccionamiento de los profesores se ha perdido en este sexenio. El actual Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros no es, en ningún aspecto superior al anterior Servicio Profesional Docente. No lo es desde el punto de vista técnico-académico, es decir, por el impacto que tiene sobre la formación docente; tampoco los es, desde el punto de vista del financiamiento, es decir, de la inversión que lo sustenta.

Es triste observar que el principal programa para el desarrollo profesional docente, que tenía en el año anterior 454 millones de pesos –una cantidad pírrica—tenga este año sólo 240 millones de pesos. El gobierno federal no ha invertido en educación, al contrario, ha extraído recursos del sector educativo para destinarlos a los llamados programas prioritarios, principalmente becas y asignaciones directas de dinero que se hacen desde la presidencia.

Otros campos críticos son las escuelas normales que, después de haber diseñado entre ellas una interesante estrategia de auto-renovación, sufrieron este año una disminución de presupuesto de 68%. Tampoco hay un número suficiente de nuevas plazas. En fin, la crítica podría extenderse pues el abandono que sufren los maestros tiene muchas facetas.