Si se quiere superar la crisis sanitaria que padecemos, también es necesario que se superen los desencuentros entre las autoridades federales y las estatales sobre su manejo. Esto implica diálogo y ganas de llegar a acuerdos. Voluntad política, y no ganas de imponerse. Hemos visto que allí donde la pandemia se ha politizado, los costos en materia de vidas humanas, y también los económicos, se han multiplicado. Es momento de dar reversa a ese proceso perverso.