Luego de casi dos décadas de sequía electoral, el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) ganó por la mínima en las elecciones celebradas este domingo en la primera potencia europea.

Con un 25.1% de los votos, el partido de Olaf Scholz se impuso en el escrutinio final en las 299 circunscripciones, como ya anunciaban las encuestas al Partido Cristiano Demócrata (CDU), de Armin Laschet, que se queda 1.6 puntos por debajo de los socialdemócratas.

La CDU de Laschet obtiene el peor resultado de su historia, con un 24.1%, lo que confirma lo que anunciaban las encuestas: que el tirón popular de Angela Merkel no ha sido suficiente para convencer a los alemanes de que sigan siendo gobernados por un líder conservador.

Desaparecen los neocomunistas

El tercer lugar lo ocupó la Alianza 90/Los Verdes, liderada por Annalena Baerbock, con el 14.8%.

En cuarto lugar quedó el Partido Democrático Libre (FDP) y los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD), cerrando la lista de los que podrían acceder al Parlamento.

La sorpresa de la noche la dio el partido La Izquierda. Los herederos de los comunistas alemanes no lograron el 5% de los votos necesarios para tener grupo parlamentario y saldría de esta forma de la lucha por los escaños.

Las matemáticas no salen

Los Verdes —dispuestos a coaligarse con unos y con otros, pero más proclives al socialdemócrata Scholz— obtienen el mejor resultado de su historia y se colocan como la tercera fuerza política de Alemania, pero queda muy lejos del objetivo de su candidata, Annalena Baerbock, de que una mujer sucediera a otra mujer en la Cancillería.

Además, las matemáticas no salen, puesto que Scholz necesita otro partido para formar coalición de gobierno.

Esto obligaría a Scholz a negociar con los liberales, puesto que el “cordón sanitario” acordado por los partidos democráticos impide que nadie gobierne con los neonazis de Alternativa por Alemania (AfD), que logró un preocupante 10.4% de los votos.

Sin embargo, todos tienen en mente lo que ocurrió en 2017, cuando el candidato libera, Christian Lindner, el mismo que ayer quedó en cuarto lugar, se arrepintió en el último momento de gobernar en coalición con el SPD y Los Verdes, y permitió a Merkel seguir otros cuatro años más en el poder, tras acordar un gobierno de “gran coalición” con los socialdemócratas.

De hecho, el candidato liberal ha sugerido que podría dar su apoyo al democristiano Laschet, pero el candidato de Merkel necesitaría el apoyo de los ecologistas o de los socialdemócratas, que se negarían, puesto que ellos ganaron las elecciones y tienen la oportunidad de tener un canciller, casi veinte años años después de Gerhard Schroeder.

“Muchos ciudadanos han votado al SPD porque quieren un cambio y que el próximo canciller se llame Olaf Scholz”, dijo el líder socialdemócrata, cuya marca es mostrar serenidad en todo momento, a unos militantes enfervorecidos que quieren un giro de Alemania hacia la izquierda moderada y el ecologismo.