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El Conacyt niega datos de crecimiento del sector durante el sexenio anterior

De acuerdo a sus números, no habría crecido 0.45%, sino 0.33%, señala Elena Álvarez-Buylla . Andrés Manuel López Obrador presentará un nuevo Plan Nacional de Ciencia y Tecnología, añade.

La directora general del CONACYT, María Elena Álvarez-Buylla Roces, durante su participación en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
La directora general del CONACYT, María Elena Álvarez-Buylla Roces, durante su participación en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico. La directora general del CONACYT, María Elena Álvarez-Buylla Roces, durante su participación en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico. (La Crónica de Hoy)

El país no ha alcanzado ni siquiera el 0.45 por ciento en su inversión del Producto Interno Bruto (PIB) a ciencia y tecnología —la ley dicta que debe ser al menos del 1 por ciento—, como manifestó el gobierno anterior, sino que alcanzó cerca del 0.33 por ciento, señaló Elena Álvarez-Buylla, directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

“Estamos haciendo un análisis con mucho cuidado y en pocos días publicaremos datos que diagnostican, con una visión muy precisa, cuál ha sido el aporte a Ciencia y Tecnología tanto del gobierno federal como el de entidades privadas. Pondremos estos datos a disposición de los medios para evitar confusiones, sustentados en fuentes precisas e interpretación de nuestra parte”, dijo la noche del miércoles en Conacyt y en entrevista posterior a la toma de protesta de la nueva directora del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), Julia Tagüeña.

Cabe destacar que, para elaborar este tipo de estimación, los gobiernos de los países utilizan la metodología del Gasto en Investigación Científica y Desarrollo Experimental (GIDE), una medición internacional de inversión en el conocimiento que contempla los valores con los que el gobierno anterior dijo alcanzar el 0.45 del PIB.

Por otra parte, en el acto del miércoles, Álvarez-Buylla refirió que como científica no es aceptable que en seis años se hicieron aportes de cerca de 50 mil millones de pesos (el presupuesto de este año para Conacyt es de 28 mil millones aproximadamente) a empresas. Dijo que la cantidad tendría una diferencia de más menos 15 mil millones de pesos, puesto que los datos están dispersos y los están integrando. 

“Hubo transferencias, muchas líquidas, de este raquítico presupuesto de ciencia y tecnología a empresas, muchas de ellas grandes trasnacionales; en contraste, en estos seis años se aportaron unos cuantos miles de millones de pesos, un orden de magnitud menos, a (la mal llamada) ciencia básica”. 

No obstante, de acuerdo con información oficial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el presupuesto del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) —el mecanismo por el cual se hicieron aportes a las empresas desde el presupuesto de ciencia—, durante el periodo 2013–2018, fue de poco más de 21 mil millones de pesos, e incluso si se suma desde la creación del programa (2009), el total es de cerca de 30 mil millones de pesos. Adicionalmente, los datos de este programa refieren que el 76 por ciento de las empresas beneficiadas fueron micro, pequeñas y medianas empresas. 

Sin embargo, esos 90 mil millones a los que se refiere la científica se refieren a los 77 mil 314 millones de pesos en recursos fiscales, que se suman a los recursos propios generados por las instituciones (91 mil 390 millones de pesos) que refiere el Anexo 12 del Presupuesto de Egresos de la Federación dentro del Programa Especial de Ciencia Tecnología e Innovación.

Este presupuesto corresponde al 70 por ciento del que se destina al sector, el resto se destina a Conacyt, el cual, dijo la directora del Conacyt, se espera tenga reajustes para obtener más recursos en los próximos meses. 

Dijo además que el presidente López Obrador está muy consciente del papel fundamental de las ciencias, humanidades y tecnologías como punta de lanza y motor de la Cuarta Transformación. Añadió que el país está en un momento crucial para articular el quehacer académico, científico, humanístico y tecnológico con la función pública y con la toma de desiciones de los poderes federales y estatales. Así, conminó al sector a tener una visión científica, prospectiva y preventiva, mas no sólo reactiva a los grandes retos que enfrenta el país. 

“A pesar de todos los logros y capacidades de universidades e institutos, del crecimiento vertiginoso de posgrados de calidad y el crecimiento de la comunidad científica, en el país tenemos problemas gigantescos: iniquidad creciente, analfabetismo de más del 40 por ciento, niños muriendo de cáncer de sangre, ríos contaminados, deterioro, desaparición de especies, violencia creciente…

“La invitación es convertir y convencer a tomadores de decisiones, al Presidente de México, que está profundamente comprometido, a ver de frente y con toda honestidad, de ahora sí entrarle a estos retos con los principios de la ciencia, eficacia, honestidad y compromiso con el conocimiento. Sólo con la participación activa, colectiva, comprometida y persistente de la comunidad de académicos, y con modelos de vinculación más pertinentes con el sector productivo, se alcanzará ese objetivo”.

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