La contracción económica que se avecina en México se agudizará pues los efectos de la emergencia sanitaria por el Covid-19, se sentirán en el corto y largo plazo en nuestro país, luego de que diversas instituciones financieras y organismos públicos han reducido sus expectativas al alza de nuestra actividad económica.

Así lo advierte el Reporte Mensual sobre Actividad Económica y Finanzas Públicas, al mes de febrero, elaborado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, donde advierte que la inseguridad pública, incertidumbre sobre la situación económica interna y política interna, la baja en el precio del petróleo así como la corrupción, se han identificado como riesgos para la economía mexicana en los próximos meses y años.

Problemas de falta de estado de derecho, impunidad, debilidad en el mercado interno y externo; en la política de gasto público, la ausencia de cambio estructural, y la política tributaria, son otras variables que presionan y son factores de riesgo para la economía del país, que se suman a la crisis por la emergencia sanitaria del coronavirus, detalla el análisis con base en la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en la Economía del Sector Privado.

El estudio del IBD, considera que para atemperar la contracción de la economía mexicana hay que implementar políticas monetarias expansivas de manera que abarate la contracción de la deuda y ésta se utilice para activar la economía, principalmente a través de inversiones públicas.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la proyección de crecimiento para México en 2020, será del 0.7 por ciento, pero antes de la crisis y recesión por el Covid-19.

Sin embargo, diversos organismo como BBVA-Bancomer, revisaron a la baja el crecimiento de la economía mexicana en 4.5%, por lo cual la prioridad del gobierno federal debe ser apoyar el sistema de salud y a los trabajadores.

El panorama se complica aún más, pues de acuerdo con este estudio, los riesgos que atravesará la economía mexicana son: resistencia a la baja de la inflación subyacente, aumento del salario mínimo por encima de las ganancias en productividad, presiones externas a la moneda nacional, aumentos imprevistos en productos agropecuarios, y deterioro en las finanzas públicas.

En los Indicadores Macroeconómicos, señaló, la actividad económica nacional continuó desacelerándose y el indicador cíclico coincidente para diciembre pasado se ubicó en 99.0 puntos base, mismo que el registrado el mes anterior, por lo que el crecimiento de la economía se encuentra por debajo de su tendencia de largo plazo.

Para el mismo mes de diciembre, la inversión se contrajo 3.5 por ciento, no obstante, el consumo presentó una recuperación anual de 1.2 por ciento. Además, de acuerdo con el INEGI, para enero pasado la actividad industrial disminuyó 1.6 por ciento anual, con lo cual, liga 14 meses de contracción.

En cuanto al empleo, dijo, para enero los datos mostraron una tasa de desempleo de 3.5 por ciento y una tasa de informalidad laboral del 56.3 por ciento de la población ocupada. Mientras que la creación de empleo con respecto al mismo mes de 2019 fue de 316 mil 386 plazas.

INDÍCADORES ECONÓMICOS

► La actividad industrial en enero disminuyó 1.7% anual, con lo cual, liega a 14 meses de contracción.

► La tasa de desempleo a nivel nacional se ubicó en 3.7% de la PEA al mes de febrero.

► La tasa de informalidad laboral fue 56.3 por ciento de la población ocupada.

► La creación de empleo con respecto al mismo mes de 2019 fue de 316 mil 386 plazas