Es cierto que un divorcio es asunto de dos, pero en el caso de Bill y Melinda Gates, una de las parejas con más dinero en el mundo y más amor al próximo, que han invertido gran parte de su fortuna en llevar salud y educación a millones de personas en países en desarrollo, el fin de su matrimonio tiene preocupados a muchos en los círculos de la filantropía.

Y es que en este caso, la pareja manejaba directamente su organización, The Gates Foundation, a través de la cual han logrado reducir las muertes a causa de enfermedades como la malaria. Pero el sorpresivo anuncio de su divorcio ha dejado claro que no solo son los miles de millones con los que han contribuido, sino que el bien que han hecho en mucho se ha logrado gracias a sus contactos y cercanía a gobernantes y personajes de gran influencia como ellos.

“Después de mucho pensarlo hemos decidido terminar nuestro matrimonio: dijo la pareja en comunicados idénticos, pero emitidos por separado, ella en el estado de Washington, él en Palo Alto, California. Esto después de 27 años de casados y tres hijos de 18 a 25 años de edad. Los Gates se casaron en Hawái en 1994 luego de un noviazgo de varios años que se inició cuando ella llegó a trabajar como gerente de área a Microsoft, la empresa que él fundó y con la que se volvió multimillonario.

“Su fundación es sin ninguna duda la más importante organización privada hoy día de ayuda al próximo en el mundo” ha dicho el diario The New York Times citando al catedrático de la Universidad de Stanford Rob Reich, quien agregó que el divorcio tendrá enormes repercusiones en la labor que la Fundación Gates realiza en el mundo. Otros analistas afirman que dependerá en mucho de qué tan amigable sea el divorcio para que sigan unidos y con ideales similares, haciendo el bien.

Con cerca de mil 600 empleados de tiempo completo en sus oficinas a través del mundo, su organización invierte cada año cerca de cinco billones (millones de millones) de dólares en salud pública y, sobre todo, en vacunas. De hecho, han jugado un papel muy importante en la respuesta global a la pandemia del COVID-19, ya que fueron ellos quienes lanzaron la iniciativa para la compra de vacunas y su distribución en al menos 92 naciones pobres.

Aunque también han sido objeto de críticas por ser partidarios de que se protejan los derechos intelectuales de propiedad, por parte de las compañías farmacéuticas privadas, sobre todo ahora que tantos países desean acceso libre a las vacunas para terminar con la pandemia.

Bill Gates, de 65 años, y Melisa French Gates, de 56, acostumbrados a décadas de constantes viajes por los cinco continentes, por COVID se vieron obligados a recluirse en su mansión frente al lago Washington, desde donde continuaron manejando su fundación, en contacto con líderes mundiales y asegurando ayuda financiera para las vacunas. Pero “trabajar desde la casa, los dos siempre ahí, fue una situación para la que no estábamos preparados” dijo ella en una entrevista en octubre pasado.

Sin embargo, es conocido que desde hace tiempo la pareja tenía intereses y mundos diferentes. Ella, cada vez más interesada e invirtiendo tiempo y millones de dólares en asuntos relacionados con la mujer y su falta de oportunidades, mientras él ha estado involucrado en proyectos sobre energía limpia y el medio ambiente.

En un libro autobiográfico, ella habla de cómo siempre se ha sentido opacada por su marido, aunque fue ella quien estuvo mucho tiempo totalmente a cargo de las obras de caridad, ya que él estaba demasiado ocupado con Microsoft, de donde se jubiló ya, aunque sigue siendo el mayor accionista. Son ellos los particulares que más tierras poseen en Estados Unidos.

De acuerdo al periódico The Wall Street Journal fue desde hace dos años que ella empezó a buscar ayuda legal sobre la separación de bienes. Su equipo incluye a Robert Stephan Cohen, que representó a Michael Bloomberg e Ivana Trump en sus divorcios. Él está representando por Ronald Olson, que también ha sido abogado de Mark Zuckerberg, dueño de Facebook.

La pareja no ha dicho cuál es la causa del divorcio, pero según ese diario a ella le molestaron los tratos, incluyendo dormir en su casa alguna vez, que Gates tenía con Jeffrey Epstein, el millonario neoyorquino acusado de tráfico sexual de menores y que se suicidó en la cárcel en 2019.