Opinión

El escorpión Trump y la rana kurda

El escorpión Trump y la rana kurda

El escorpión Trump y la rana kurda

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La fábula es conocida. Un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río prometiendo no hacerle ningún daño, puesto que si lo hacía, ambos morirían ahogados. La rana accede, pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana, que pregunta incrédula: “¿Cómo has podido hacer algo así? Ahora moriremos los dos”, a lo que el escorpión responde: “No he tenido elección; es mi naturaleza”.

Pues bien, sustituyan escorpión por Trump y rana por la milicia kurda y entenderán por qué el presidente de EU ha traicionado a sus aliados en Siria, a pesar de que, como ayer lamentaron, “sacrificaron once mil mártires” para entregarle al republicano la derrota del Estado Islámico.

Trump, que ayer autorizó al presidente turco invadir el norte de Siria, dejando a los pies de los tanques turcos a las milicias kurdas, declaró que, si se sobrepasa en la agresión, él, en su “gran e inigualable sabiduría” (les juro que así dijo de sí mismo) aniquilará la economía turca.

Pero su “sabiduría” es bastante cortita. Le da para castigar a países con aranceles salvajes, como hacía cuando él y su papá eran mafiosos inmobiliarios, pero no para liderar la primera potencia ni mucho menos para dirigir la partida de ajedrez de la diplomacia internacional.

Si Trump permite que sean derrotados sus aliados y expulsados del norte de Siria, dejará abierta la puerta a otra guerra en la región, esta vez entre el régimen (sunita) del turco Erdogan (apoyado por su nuevo aliado en Washington) y el régimen (chiíta) del sirio Bachar al Asad (apoyado por su aliado de siempre en Moscú); y dejará, además, la puerta abierta de las cárceles y campamentos de miles de yihadistas del Estado Islámico que custodiaban los kurdos. ¿Nadie le ha explicado al ignorante republicano qué es el efecto cucaracha y qué pasará si miles de terroristas con sed de venganza se dispersan por el mundo?

Lamentablemente, el único que parecía conocer la verdadera naturaleza de Trump es Vladimir Putin, porque él siempre ha sabido que el actual presidente de EU es un escorpión, mientras que el presidente ruso es un zorro astuto, igual de malvado que el americano, pero no un pendejo como él.

De hecho, Putin está a punto de lograr lo que quería en Siria: que la traición de EU acerque a los kurdos a Damasco, expulsen juntos a los turcos y debiliten al enemigo común: Erdogan. Una jugada perfecta para sacar a EU de Oriente Medio y dejar que su “imperio” ruso se extienda poco a poco por esa estratégica región.

fransink@outlook.com