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El Estado Islámico reaparece con salvaje atentado en una boda en Afganistán

Al menos 63 muertos y 182 heridos tras inmolarse un terrorista suicida en un salón de baile en Kabul, donde miembros de la minoría chiita celebraban un casamiento

Al menos 63 muertos y 182 heridos tras inmolarse un terrorista suicida en un salón de baile en Kabul, donde miembros de la minoría chiita celebraban un casamiento

El Estado Islámico reaparece con salvaje atentado en una boda en Afganistán

El Estado Islámico reaparece con salvaje atentado en una boda en Afganistán

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La celebración de una boda en un ­barrio chiita de Kabul, capital de Afganistán, se convirtió la noche del domingo en una tragedia, cuando un suicida detonó los explosivos que cargaba y mató al menos 63 personas e hirió a otras 182, mientras festejaban un casamiento en un salón de baile. El salvaje atentado contra la minoría chiita fue reivindicado por el Estado Islámico, a modo de sangriento mensaje al mundo de que la mayor organización terrorista sunita de la última década no está derrotada, pese a haber perdido el territorio que controlaba en Irak y Siria.

“He perdido toda esperanza”.

El novio, Mirwais Elmi, que sobrevivió al atentado, al igual que la novia, describió a un canal de televisión el horror vivido.

“En poco tiempo pasé de recibir sonriente a mis invitados, a ver sus cuerpos destrozados. He perdido a mi hermano, a mis amigos, a mis parientes. No volveré a ser feliz en mi vida”, declaró desconsolado el novio, que señaló que su novia “sigue temblando, en estado de shock”, luego de haber perdido a 14 miembros de su familia.

“No tengo fuerzas para asistir a los funerales. Me siento mal y sé que no será la última tragedia para los afganos. El sufrimiento continuará”, declaró y concluyó con un “he perdido toda esperanza”.

“Renegados politeístas”. Durante la jornada de ayer tuvieron lugar varios funerales multitudinarios en Kabul, donde fueron enterradas las víctimas entre los sollozos de los afectados familiares, mientras que la sala de bodas, en un barrio de la minoría chií hazara, amaneció con los techos y paredes destrozados por la violencia de la explosión.

El EI reivindicó la autoría del ataque en un comunicado difundido en la red social Telegram, en la que explicó que primero se inmoló un atacante suicida, identificado como Abu Asem al Pakistani, y posteriormente explotó un coche bomba.

Detalló que el objetivo de la acción fue “una gran concentración de los renegados politeístas”, en aparente referencia a la minoría chií del país, a menudo objeto de ataques sectarios de los yihadistas sunitas.

Poco después del atentado, los talibanes recurrieron a las redes sociales para desvincularse del ataque y condenaron “este tipo de actos bárbaros contra civiles, incluyendo mujeres y niños”.

Por su parte, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, calificó el atentado de “crimen contra la humanidad” y aseguró que “los talibanes no pueden exonerarse de la culpa, ya que proveen una plataforma para los terroristas”.

El ataque tuvo lugar mientras se espera que los talibanes y Estados Unidos alcancen un acuerdo de paz, tras dos décadas de guerra.