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El estigma es el principal problema del paciente con esquizofrenia: Raúl Escamilla

Nuestros científicos. El integrante del Sistema Nacional de Investigadores señala que México adoptó un tratamiento desarrollado en Estados Unidos para administrar medicamentos psicóticos de liberación lenta por medio de una inyección trimestral de un medicamento, con buenos resultados

Nuestros científicos. El integrante del Sistema Nacional de Investigadores señala que México adoptó un tratamiento desarrollado en Estados Unidos para administrar medicamentos psicóticos de liberación lenta por medio de una inyección trimestral de un medicamento, con buenos resultados

El estigma es el principal problema del  paciente con esquizofrenia: Raúl Escamilla

El estigma es el principal problema del paciente con esquizofrenia: Raúl Escamilla

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La esquizofrenia es una de las enfermedades psiquiátricas más devastadoras para los pacientes y sus familias, no sólo por los efectos en el cerebro sino por el rechazo social que la rodea y que se basa en muchas creencias falsas, por ejemplo que son personas violentas. Así lo explicó en entrevista con Crónica el médico regiomontano Raúl Iván Escamilla Orozco, investigador del Instituto Nacional de Psiquiatría  y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del  Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Al contexto social adverso que encaran los pacientes con esquizofrenia se suman obstáculos que dificultan el apego al tratamiento cuando se usan pastillas o cápsulas, y por ello en México ha comenzado a adoptarse un tratamiento desarrollado en Estados Unidos para administrar medicamentos psicóticos de liberación lenta por medio de una inyección trimestral de un medicamento con una molécula llamada Palmitato de Paliperidona.

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta a más de 2 millones de personas en todo el mundo. Cuando el paciente experimenta crisis, los síntomas se caracterizan por una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia y algunos rasgos de conducta. Algunas de las experiencias más frecuentes son las alucinaciones; por ejemplo, oír voces o ver cosas inexistentes; o los delirios, como sería el adherirse a creencias erróneas y persistentes.

En todo el mundo, la esquizofrenia se asocia a una discapacidad considerable y puede afectar al desempeño educativo y laboral.

“Estos síntomas se presentan en estados de crisis, pero en realidad el principal problema que padece el paciente ya diagnosticado es el estigma; se le dan muchas connotaciones morales a los síntomas y ocurre algo que hay que señalar: en un paciente controlado médicamente disminuye mucho la posibilidad de que llegue a presentar conductas agresivas, pero llegan a experimentar agresiones de los demás, en el trabajo o en la escuela. A veces, incluso médicos de especialidades no psiquiátricas rechazan el atender a pacientes esquizofrénicos porque piensan que se van a poner violentos”, dice Raúl Iván Escamilla.

Actualmente, los medicamentos antipsicóticos disponibles en el mercado actúan modulando la vía dopaminérgica. Ésta es la principal apuesta para controlar los síntomas asociados al exceso de actividad cerebral o exceso de actividad de un neurotransmisor en particular, que es la dopamina. Entonces, lo que buscan los médicos es incidir en los receptores dopaminérgicos a nivel  del circuito mesolímbido para tratar de atenuar síntomas psicóticos como las alucinaciones o ideas delirantes.

“Estos síntomas psicóticos no son exclusivos de la esquizofrenia, se pueden presentar en otra variedad de problemas psiquiátricos o condiciones médicas y lo que hacemos es estabilizar, tratar de devolver el balance de las vías dopaminérgicas”, dice el doctor Escamilla Orozco, quien  es médico cirujano partero por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y especialista en psiquiatría por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde además estudió el curso de alta especialidad en manejo de la esquizofrenia.

“La dopamina tiene muchas funciones importantes en el cerebro, como la motivación, la modulación del placer o el involucrarse en actividades y adherirse hasta su conclusión. Algunas de las hipótesis para explicar la esquizofrenia señalan que puede presentarse por una función dopaminérgica en exceso que altera los circuitos de la dopamina y provoca los síntomas que ya se señalaron. Los medicamentos actuales tratan de restablecer el equilibrio y hemos visto que mientras el paciente está tomando el medicamento se mantiene muy equilibrada la vía, pero si deja de tomarlo, el sistema se desajusta y el problema se revierte, por eso es tan importante la adherencia al medicamento, para evitar crisis”, dice el también doctor en Ciencias, que durante 10 años coordinó el curso de la clínica de esquizofrenia en el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, de la Secretaría de Salud.

FISIOLOGÍA Y HUMANISMO. Cuando el doctor Escamilla estudiaba su licenciatura tuvo que elegir entre diferentes especialidades médicas y aunque sentía inclinación por la psiquiatría, cíclicamente escuchaba que no se trataba de una especialidad que representara realmente un reto médico o que tuviera suficiente complejidad.

“Elegí psiquiatría porque es una especialidad en la que se trabaja mucho en la relación médico-paciente y el trabajo no se limita al trabajo fisiológico sino que hay que trabajar las dimensiones personal, familiar y social. Trabajo la esquizofrenia porque es uno de los trastornos que tiene un factor biológico importante, pero que socialmente es el que ha sido más estigmatizado. Los mitos y creencias falsas en torno a esta enfermedad han lastimado mucho a los pacientes y a sus familias, cuando, con trabajo y buen control se puede demostrar que es totalmente falso el decir que estos pacientes tienen pocas o nulas posibilidades de recuperarse. Yo trabajo mucho en el control y hay avances, como el desarrollo de la inyección trimestral, que demuestran grandes cambios a favor de los pacientes y sus familias”, concluye el doctor Escamilla.