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El gigante se elevó a 130 metros de altura, antes de aterrizar en su base

Transporte de carga pesada
Transporte de carga pesada Transporte de carga pesada (La Crónica de Hoy)

Llegó a su destino, después de un traslado titánico que se llevaron 77 días efectivos desde el puerto de Altamira en Tamaulipas hasta su destino final, la refinería de Tula, Hidalgo. Se había embarcado en el puerto de Avilés en España.

“Fue un viaje primero en su tipo en México y uno de los más grandes a nivel internacional”,  comentó con admiración y orgullo Aaron Marrufo, gerente de proyectos de Pemex, quien supervisó la maniobra de Isaje del primero de cuatro grandes tambores.

Este primer tambor de proporciones gigantes mide 44 metros de largo, 9.5 metros de diámetro y pesa 565 toneladas, mismas que fueron puestas a 130 metros de alturas, cual hoja de papel, sostenidas por dos grúas alemanas, una de ellas con capacidad de carga de hasta 3 mil toneladas, considera una de las tres más grandes del mundo y única en América Latina.

A pesar del mal clima que despertó al municipio de Tula, Pemex llevó a cabo el proceso de isaje del tambor de coquización, conocido también como caldera, que pretende hacer más ligero el combustible producido por la empresa y con ello darle más valor a las gasolina, diésel y turbosina, que consumimos millones de mexicanos.

Con cascos y anteojos de protección en mano, camarógrafos, fotógrafos y reporteros se adentraron a las entrañas de la refinería de Tula, que está en proceso de reconfiguración, para ser testigos del montaje de la primer caldera que viajó por más de dos meses desde el continente Europeo hasta el territorio nacional.

La lluvia ya se había detenido, el sol iluminaba la caldera que se encontraba en posición vertical, lista para ser alzada a 130 metros de distancia y montada en estructuras de 10 metros de diámetro que serás los sostenes para su operación.

El gerente de proyectos de Pemex, Arón Marrufo, explicó que a las 8:00 horas inició el proceso de movimiento del tambor, para colocarlo de la posición horizontal a la vertical, hecho que tardó casi dos horas.

El proceso de isaje estaba contemplado poco antes del medio día, y en el cual se tenía contemplado el uso de una grúa con capacidad de tres mil toneladas, siendo una de las tres más grandes del mundo, y de mil 350 toneladas que serviría como apoyo para el movimiento del tambor.

Las grúas moverían al tambor que mide 44 metros de altura, con un diámetro de 9.5 metros y que tiene un peso de 560 toneladas, comentó el especialista.

Además, aprovechó para recordar que los cuatros cuatro tambores coquizadores de crudo, que se montarán en la refinería de Tula en los próximos días, recorrieron 975 kilómetros desde su llegada de España, pasando por el estado de Tamaulipas, San Luís Potosí, Guanajuato, Querétaro, Estado de México e Hidalgo.

“Fue un traslado titánico que requirió de 77 días efectivos”, dijo y recordó que para que los tambores llegaran a la refinería, se vio la necesidad de desmantelar puentes en algunos trayectos carreteros de los estados antes mencionados para poder lograr su paso.

El isaje comenzó a las 12:30 horas, siendo el testigo principal el director de Pemex, José Antonio González Anaya, quien iba acompañado de sus dos hijas y que calificó al hecho como un “esfuerzo enorme”, que marca una modernización de Pemex.  “Lo que estamos haciendo ahorita con esta colocación es un punto clave para que todo funcione bien”, dijo el directivo en entrevista al término del montaje, proceso que duró una hora.

González Anaya, sus hijas y los gerentes de operación, abandonaron el lugar, no sin antes tomarse la fotografía del recuerdo, y posteriormente los camarógrafos, fotógrafos y reporteros entregaron cascos y anteojos de protección para emprender el regreso.

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