
“De los factores que ayudaron a la conquista militar de Tenochtitlan y Tlatelolco estuvo el del uso de varias lenguas indígenas como el náhuatl, totonaca, maya y español”, expresó el arqueólogo y Premio Crónica, Eduardo Matos Moctezuma, durante la segunda jornada del seminario Tenochtitlan y Tlatelolco. Reflexiones a 500 años de su caída.
El también investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ubica al lenguaje dentro de las causas militares, en razón de que en diversas ocasiones sirvió como nexo importante entre vencedores y vencidos.
“Y más aún como medio de conocer con antelación los movimientos que los mexicas o aztecas planeaban en contra de sus enemigos. Por otra parte, una vez consumada la conquista militar tendrá lugar otra conquista que siempre considero más ardua: la espiritual”, indicó.
Matos Moctezuma señaló que los primeros frailes misioneros acudieron a conocer la lengua de los recién conquistados para llevar su palabra evangelizadora y al mismo tiempo para conocer los aspectos de la vida indígena, con el fin, de no ser engañados por los indígenas.
“El lenguaje y la palabra son los medios por excelencia que nos permiten expresarnos y, a la vez, entendernos con los otros, ya sea de manera oral o escrita en pictografías o en obras llenas de simbolismo, su papel resulta de potencial ayuda en las relaciones que se establecen entre los humanos”, comentó.
El arqueólogo citó la forma en cómo Bernal Díaz del Castillo, soldado de las huestes de Hernán Cortés, consideraba a Marina que fue de gran ayuda, junto con Gerónimo de Aguilar, en la empresa conquistadora. “Nos dice Bernal que Cortés cuenta con un aliado formidable por la manera de comunicarse con la gente local”.
“En algunos pasajes este conocimiento de la lengua y traducciones, a veces mal comprendidas y la mayor de las veces muy atinadas, nos hablan acerca de la valía de este elemento desde la perspectiva de la guerra”, aseguró.
Matos Moctezuma también narró el primer encuentro entre Cortés e indígenas enviados por Moctezuma, quienes llegaron en dos canoas y preguntaron en náhuatl que quién era el tlatoani, a lo que Marina respondió que Cortés.
“La intención de Moctezuma era alejar a los peninsulares y desde un principio quiso enterarse a qué habían llegado, qué es lo que deseaban. Moctezuma les enviará regalos. La intención era que se fueran no que siguieran avanzando, pero esa estrategia de seguir enviando obsequios resultó contraproducente”, detalló.
El investigador emérito del INAH comentó que los españoles, al llegar a Tlaxcala se enteraron por vía de los traductores sobre las características de Tenochtitlan. “Vemos cómo llegado ahí preguntaron a Xicoténcatl El Viejo datos acerca de la ciudad y de armamentos”
Para Matos Moctezuma, el 13 de agosto de 1521 sucedió la primera etapa de la conquista, es decir, la conquista de Tenochtitlan y Tlatelolco, la segunda etapa será la conquista de la Nueva España.
“Este personaje ha pasado a la historia como el paciente cero, el que empezó a diseminar la enfermedad por todo el territorio. Después de la Noche Triste en la que los españoles salen huyendo a Tlaxcala, Francisco de Aguilar nos dice: es cuando Dios manda la máxima ayuda. Ésa es una gran pestilencia entre los indios”, indicó.
Guevara Flores mostró una carta escrita por el licenciado Lucas Vázquez de Ayllón, oidor de la Audiencia Real de Santo Domingo, quien escribió que la viruela no fue contagiada por ese esclavo negro sino por los indios de las islas de La Española y Cuba.
“Los españoles en sus crónicas se encargaron, a más no poder, de señalar que había sido este individuo porque los africanos no aceptaron la religión del cristianismo”, dijo.
La historiadora señaló que el tipo de viruela que disminuyó radicalmente la población en México fue la viruela negra, la más agresiva.
“Las ronchas y erupción de la piel fueron producto de la viruela negra. Todos los individuos que llegaron a enfermar de viruela terminaron cacarizos e incapacitados. Cacarizos porque las ronchas que se reventaban y contenían el suero por el cual se esparcía el virus de la viruela les dejó grandes hoyos en la piel, los cuales llevaron a desarrollar ceguera”, expresó.
Otra consecuencia de la viruela en los indígenas fue que desarrollaron gangrena en dedos, boca, pies y nariz, que los imposibilitaba para la guerra contra españoles.
“Después de que se presentó el brote inicial en Tenochtitlan se fue esparciendo la enfermedad por todo el valle central, es decir, afectará Texcoco, Chalco e incluso Tlaxcala. Con datos y técnicas de epidemiología contemporánea suponemos que aproximadamente el 90 por ciento de la población indígena de aquel entonces falleció o se vio afectada por la enfermedad”, dijo.
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