Opinión

El miedo a nosotros mismos

El miedo a nosotros mismos

El miedo a nosotros mismos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El andar de miles de migrantes centroamericanos a lo largo del territorio mexicano ha puesto sobre la mesa diversos temas de la agenda pública nacional e internacional, además de haber mostrado diferentes conductas y ­reacciones entre los mexicanos y las mexicanas.

Las respuestas entorno al paso de la Caravana Migrante  han sido tan plausibles como diversas, provocando acciones solidarias como la creación de centros de acopio, establecimiento de albergues familiares, o de grupos de personas que se acercan a los migrantes y les donan víveres o incluso aquellos que les dan un “aventón” o les regalan “para un taco”. Mientras que por otro lado hemos visto también algunas  respuestas negativas.

La xenofobia y la aporofobia en la cultura mexicana están más presentes de lo que imaginamos, pues se sigue rechazando a nuestros hermanos centroamericanos únicamente a partir de los prejuicios ideológicos y culturales creados a lo largo de décadas, replicando por desgracia la misma ­actitud de odio del presidente Donald Trump que tanto nos indigna.

Así como el presidente Trump refiere que todo mexicano en E.U. debe de tener una relación con El Chapo, con drogas, cárteles o con violencia; ­nosotros y nosotras hacemos expresiones discriminatorias en contra de quienes integran las ahora diversas Caravanas Migrantes refiriendo que forman parte de la “mara salvatrucha” o de cualquier otra  pandilla, o que son violentos o tienen antecedentes criminales, etcétera.

Con el pretexto de un nacionalismo mal entendido, lo que la serie de reacciones en contra de los migrantes muestran es la pérdida de nuestra solidaridad con la propia humanidad, pues aunque nos caracterizamos por ser un pueblo solidario y fraterno, frente a este tipo de escenarios nuestras reacciones sueles ser de lo más cuestionables.

Olvidamos que muchas y muchos de ellos vienen huyendo de la violencia, de la pobreza, de la falta de oportunidades, de la explotación de este sistema económico voraz que poco margen deja para vivir dignamente, olvidamos  tambien que son al final de cuentas nuestros hermanas y hermanos latinoamericanas las y los que arriesgan su vida para alcanzar el casi imposible sueño americano y aparentamos olvidar que cualquiera de nosotras o nosotros podemos estar en las mismas condiciones.

Porque la solidaridad es un valor universal y porque el respeto a los derechos humanos es tarea de todos como pueblo, debemos dejar de lado los discursos de odio y concentrarnos en buscar las formas para hacer que la estancia y el paso de la caravana por nuestro país no se convierta en un agravio más contra nuestras hermanas y hermanos centroamericanos.

Facebook: Circe CamachoTwitter: @CamachoCirceInstram: circe_camacho