Comienza a vislumbrarse el rumbo que sigue la humanidad y es el de la segregación, su primera etapa radica en la noción cada vez más aceptada de que los vacunados son una especie de raza humana superior frente al “barbarismo” de los no vacunados. Tal como sucedió en el apartheid (palabra que del africano significa separación) que fue el sistema de segregación racial en Sudáfrica.

Como en aquel entonces aquello que era considerado bárbaro, es decir, la gente de color de piel negra, quienes no tenía derecho a subirse a camiones, habían lugares separados de convivencia y se establecieron medidas como la prohibición de relaciones sexuales entre gente de diferente color de piel, todo justificado por la noción de que nacer con la piel blanca les hacía superiores.

En esta ocasión la gente que se ha rebelado a la vacunación son los primeros segregados, quienes por derecho propio no lo hacen, están siendo los nuevos excluidos, tal como dijo recientemente un cura desde su púlpito “no hay que rezar por los no vacunados”, líderes eclesiásticos como él que han cambiado al Dios de Abaraham y Jesucristo por la diosa vacuna.

En esta primera etapa del neo apartheid global el epicentro del fenómeno se da en Francia, donde ha habido uno de lo mayores movimientos de rebeldía social y a la par donde más se recrudecen las medidas contra los no vacunados, los rebeldes son segregados, humillados y mofados, una vez más en la historia el pueblo francés es pionero en librar una batalla sui generis de incalculables consecuencias del cuál sabemos dónde comenzó pero no a dónde pueda dirigirnos.

La segunda etapa es una especie de catalogación de regiones, bloques de países y personas de acuerdo a la marca de la vacuna que se les haya aplicado; es decir, las personas vacunadas con X marca podrá solamente viajar o pensar en residencias en los países que las reconozcan, si una persona tiene la Sputnik puede viajar a Rusia, pero no así a Europa o EUA, los de CanSino a China pero no a EUA y así sucesivamente.

Esto genera un control no solo migratorio sino nuevas sociedades segmentadas y fraccionadas de acuerdo al tipo de vacuna que se haya aplicado. Me recuerda a la saga de las películas Divergente basadas en la novela homónima de Verónica Roth, de sociedades catalogadas por fracciones, marginando a los rebeldes y a los que no encajan amenazados por los que encajan en todas.

Con esto no busco juzgar a los vacunados con X o Y laboratorio o a los no vacunados, solo quisiera dejar este testimonio como un recordatorio a no olvidar los aprendizajes que nos han dejado tantos años de luchas en el mundo, refiriéndome a que no hay ciudadanos de primera, segunda o tercera categoría, todos somos seres humanos. La más poderosas de todas las vacunas siguen siendo la solidaridad, la igualdad, la fraternidad, el amor, la libertad, la justicia, la salud y la paz universal, no eliminemos estos principios humanos.

César Daniel González Madruga

“El Siervo” @CesarG_Madruga