Opinión

El nuevo Cisen, también un nuevo trofeo político

El nuevo Cisen, también un nuevo trofeo político

El nuevo Cisen, también un nuevo trofeo político

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
DRA. OLGA SÁNCHEZ CORDEROSECRETARIA DE GOBERNACIÓN

+Si la oportunidad no llama;

construye otra puerta

Milton Berle

En diversos ámbitos, pero sobre todo en el de la seguridad nacional, se repite cada vez más la pregunta sobre el tiempo que aún dure la curva de aprendizaje de quienes gobiernan con Andrés Manuel López Obrador, por lo sensible que es el tema para el interés de la ciudadanía y de la gobernabilidad del país.

Fuentes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional del Congreso de la Unión, comentan que los servicios de Inteligencia nacional no sólo no superan la curva de la que le escribo, señora Secretaria, sino que son, a estas alturas del partido, parte del juego político de personajes ya encaminados a 2024 y la sucesión presidencial.

En efecto, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), sustituto del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), se encuentra envuelto en una dinámica de disputa por el liderazgo: El general Audomaro Martínez Zapata, director del CNI, quien es desde hace décadas hombre de las confianzas del presidente López Obrador, no ha podido aún desarrollar una dirección clara y enérgica. “Luce cansado y rebasado por la responsabilidad”, es el comentario principal.

En este contexto, el segundo en el mando del CNI, José Ángel Ávila Pérez, habría logrado dar conducción y rumbo al organismo, al grado que ya se señala a este antiguo colaborador de Marcelo Ebrard en la Jefatura de Gobierno de la CDMX, como el verdadero director del Centro Nacional de Inteligencia.

Esta situación surgió en algunos tiradores a ese cargo que ni siquiera fueron vistos por la mafia del poder y se agudizó cuando se empezaron a manejar motivaciones políticas en el posicionamiento de Ávila Pérez en el CNI. La versión más insistente sería que él, en realidad, era la “cabeza de playa” de Ebrard para copar posiciones estratégicas que le fueran de utilidad en la disputa sucesoria de 2024. Legisladores de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional comentan que, ya de suyo, se veían con inquietud las posiciones de importancia y de oportunidad que el canciller iba sumando, como los temas y acciones de migración y desarrollo, a las que ahora estaría agregando nada más y nada menos que los servicios de Inteligencia…

Finalmente, el gobierno de AMLO..., digamos, se decidió sacar de la jugada a Ávila Pérez, quien ha pasado a ser el nuevo comisionado del Órgano Administrativo de Prevención y Readaptación Social, pasando de manejar las riendas de los servicios de inteligencia nacional, a tomar la administración de los centros penitenciarios…

Esto último ocurrió, tras bambalinas, en julio pasado y nos comentan que, obviamente, no gustó nadita de nada en el entorno de Marcelo.

De su parte, persiste la inquietud sobre el interés y la capacidad que el general Audomaro Martínez Zapata pueda tener en la dirección de un organismo tan importante como el CNI. Ya de por sí resulta muy complejo y hasta quizá fuera de lugar, el cambio que se quiere hacer en los servicios de Inteligencia, desincorporándolos oootra vez de la Secretaría de Gobernación para enviarlos a la Secretaría de Seguridad, como para además someter ahora ese proceso al juego político sucesorio, con una dirección poco entusiasta.

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