Opinión

El nuevo papel de la Industria Privada

El nuevo papel de la Industria Privada

El nuevo papel de la Industria Privada

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Nuestro mundo está cambiando. Es un fenómeno global. Desde cambios políticos, cambios sociales, cambios económicos. Como constante denominador mundial, podemos ver que los gobiernos solos ya no se dan abasto para satisfacer las crecientes necesidades sociales a las que nos enfrentamos.  La participación de la sociedad civil, de la industria privada, de la academia y de la ciudadanía es indispensable.

Como casos de éxito, según el McKinsey Global Institute, 18 países han sacado en total a 1 billón de personas de la pobreza extrema. Estos países han sabido navegar por estos cambios de una manera exitosa. Entre ellos están China, Hong Kong, Indonesia, Azerbaiján, Bielorúsia  y Camboya Su éxito es atribuido a una agenda pro crecimiento de la productividad, ingreso y demanda, sostenida por un ambiente que promueve el desarrollo empresarial con compromiso social. Y sobre todo del diseño de un sistema virtuoso entre los distintos actores.

En el sector privado, presenciamos esta transición a partir de los años ochenta, cuando una serie de cambios en el balance internacional fomentaron que las empresas puedan invertir desde cualquier lado, en cualquier lugar.  Esto, si bien ha generado un aumento en los ingresos de las empresas, también ha deteriorado la relación de las empresas con sus comunidades. La comunidad internacional ha reunido esfuerzos para contrarrestar este fenómeno, impulsando una visión del sector privado como agente de cambio.  El Banco Mundial ha documentado varios casos de éxito en los cuales empresas han encontrado beneficios competitivos al formar parte más activa en el desarrollo. Entre los incentivos generales para que las empresas se involucren en el logro de los ODM citados por el Banco Mundial, están; 1. Nuevos mercados: el ingreso per cápita está aumentando, abriendo mercados en la "base de la pirámide".  2. Mercados más amplios: a medida que aumentan los ingresos de los 4 mil millones de personas que actualmente se encuentran en la pobreza, las oportunidades de mercado se expanden exponencialmente. 3.Mano de obra: una fuerza laboral más saludable mejora la productividad y crea una fuerza laboral más confiable

4. Abogar: las empresas pueden servir en una posición de liderazgo para cambiar las políticas gubernamentales. 5 Expansión: las empresas pueden proporcionar productos y servicios asequibles mientras se expanden a nuevos mercados. 6. Imagen: los consumidores quieren comprar cada vez más a empresas que se preocupan por los problemas de desarrollo. 7.

Responsabilidad: las empresas de todo el mundo deben rendir más cuentas por sus acciones, tanto en términos de su responsabilidad fiduciaria y financiera como también para apoyar y no denigrar a las comunidades, países y regiones. 8. Menores costos: se pueden lograr menores costos de producción y transporte en el mercado.

En México, el compromiso social empresarial ha crecido considerablemente desde hace algunas décadas. En mayo de este año se firmó el “Pacto Mundial México” entre el Consejo Coordinador Empresarial, la ONU y el Gobierno, buscando impulsar en las empresas los 17 objetivos del desarrollo sostenible. Tres factores podrían ayudar a potencializar este esfuerzo del sector privado; primero, aumentar la coordinación y vinculación sistémica con los distintos agentes para lograr en conjunto nuestras metas de desarrollo (sociedad civil, academia, ciudadanía) ; segundo, el impulso de la clase empresarial que está dirigida a la solución de problemáticas sociales o “emprendimiento social”. Es decir la clase empresarial que tiene la visión del desarrollo como un agente de oportunidades económicas. Tercero, ¿podemos incluir a la pequeña y mediana empresa en este ´pacto´?

Según la Secretaría de Economía, las pequeñas y medianas empresas en México representan el 99 por ciento de los negocios, y generan cerca del 80 por ciento de los empleos. Las grandes empresas nacionales que tienen una presencia del uno por ciento en el país el cual produce el 65 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Si empezamos por guiarnos por las Metas del Milenio, qué tanto algunas de las  pequeñas y medianas empresas pueden comprometerse con el desarrollo de los siguientes puntos en sus comunidades:  erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr educación primaria universal, promover la equidad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir la malaria, el sida y otras enfermedades, asegurar la sostenibilidad ambiental, desarrollar un pacto por el desarrollo. Para lograr la implementación, el Global Compact de la ONU, hace los siguientes llamados a la acción; 1: Comenzar en casa, aumentar el impacto en sus propias empresas y en sus industrias.  2: Cambiar la forma en que colaboramos, es decir, tener más apertura sobre los desafíos y el impacto real. Esto para acelerar la acción y lograr la transformación sistémica. 3: Definición de liderazgo responsable para identificar lo que necesitamos de esta generación de líderes. Por otro lado, también recomienda nivelar el campo de juego, es decir,  los líderes de la industria necesitan intensificar la coordinación y el intercambio, así como impulsar la acción local.

Frente a los cambios a los que nos enfrentamos, la colaboración, la búsqueda de nuevos sistemas es indispensable. Aquí empiezan los cuadernos de ciencia ficción. Empezando de atrás para adelante; en el tema de incluir a la mediana y pequeña empresa, para lograr esto; ¿pueden las empresas generar valor común, compartido? ¿podrían compartir metas con la sociedad civi? Por ejemplo ¿Pueden las empresas empujar coordinadamente legislación para el medio ambiente? ¿Ven valor las empresas en tener un propósito en común?

En el tema de impulsar una clase empresarial orientada al emprendimiento social. México tiene el lugar 23 de 54 en emprendimiento según el Global Entrepreneurship Report 2019. Los beneficios para el país al apoyar a esta clase empresarial son importantes, tanto económicos, como sociales. El Banco Mundial recomienda las siguientes consideraciones:  hacer donativos, apoyar financieramente a organizaciones locales; contratar a talento local; invertir en educación, infraestructura, tecnologías; crear conciencia a través del marketing.

Por último, en lo que respecta a aumentar la coordinación y vinculación sistémica con los distintos agentes para lograr en conjunto nuestras metas de desarrollo (sociedad civil, academia, ciudadanía), según la Cemefi, el tercer sector produjo uno de cada cien pesos del PIB en el 2019. ¿Hasta dónde podemos ir si unimos esfuerzos?

Cuadernos de Ciencia Ficción. Visualicemos en el año 2040, Moyokoyani,  un país en el que la colaboración multisectorial es una práctica diaria. ¿Cómo se vería esto? Necesitaría de un organismo que coordine esfuerzos, cuantifique riesgos y beneficios, con la meta de  lograr una masa crítica de empresas trabajando juntas. Una agenda compartida que empuje inversiones sustentables, ecosistemas exitosos, compromiso con las metas del Milenio, responsabilidad social corporativa, y sobre todo pactos multisectoriales.  ¿Podría ser una membresía a un organismo que certifique, recomiende, enseñe a las medianas y pequeñas empresas que quieran ser parte? Cuaderno de Ciencia Ficción 2. ¿Podría ser la creación de un fondo que dote de capital semilla a los emprendedores sociales? Cuaderno de Ciencia Ficción 3. Necesitamos incrementar el apoyo que le damos a los organismos de la sociedad civil, tanto en crowdfunding como en apoyo empresarial.