Opinión

El regreso a clases presenciales, con una estrategia más allá de la seguridad sanitaria

El regreso a clases presenciales, con una estrategia más allá de la seguridad sanitaria

El regreso a clases presenciales, con una estrategia más allá de la seguridad sanitaria

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La educación se interrumpió para toda una generación. Hace un año, muchos países impusieron medidas de confinamiento ante la amenaza de la pandemia de COVID-19; con ello, aproximadamente el 90% de los estudiantes de todo el mundo dejaron las aulas para continuar su aprendizaje a distancia.

En México, con el mismo objetivo de salvaguardar la vida de más de 36.6 millones de alumnos y 2.1 millones de docentes que desarrollaban sus labores en poco más de 265 mil escuelas del Sistema Educativo Nacional, las autoridades decretaron un receso escolar y el cierre de las escuelas como medidas frente a la propagación de contagios por coronavirus, y en apego a las recomendaciones implementadas por la Organización Mundial de la Salud.

Tras un año de la pandemia, esta semana se anunció que las secretarías de Salud y de Educación Pública del Gobierno Federal afinan la estrategia de reapertura de los centros educativos, manteniendo el objetivo de preservar la salud de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, a través de las medidas sanitarias recomendadas y ampliamente difundidas por el gobierno, sin embargo, en medio de una constante en el número de contagios reportados diariamente y de un incipiente progreso en la vacunación, la reanudación de las clases presenciales es un tema que genera temor e incertidumbre no sólo en México sino en diversas partes del mundo.

Varias naciones latinoamericanas han decidido reanudar las clases presenciales, a pesar de que la región se mantiene como una de las más castigadas por el coronavirus: Uruguay fue el primer país de la región en reabrir sus centros escolares con la obligatoriedad del regreso a clases para todos los niveles. Chile recién inauguró el año escolar con las escuelas a media marcha, sin que la presencialidad sea obligatoria. En Puerto Rico los colegios podrán reabrir sus puertas a clases presenciales de manera gradual. Y en Argentina el retorno a las aulas comenzó en algunas provincias, y a partir del 17 de febrero, lo harán el resto de ellas, alternando las clases presenciales con las de distancia.

Ecuador reactivará planes piloto de regreso progresivo a clases en 77 instituciones educativas; Panamá comenzó el año escolar con cerca de 900 mil estudiantes que tendrán clases a distancia al menos durante el primer trimestre de este año, y Venezuela, para el mes de abril, tiene previsto el regreso a clases de manera presencial.

En Europa países como Dinamarca, Noruega y Alemania reabrieron las escuelas entre abril y mayo de 2020, con medidas similares a las de China y a las del resto del mundo, pero ante el repunte de la pandemia volvieron a cerrar sus centros escolares. Así, sin dejar de registrar casos de coronavirus y tras iniciar un nuevo año, los gobiernos europeos apostaron por diversas estrategias educativas, como la presencial, telemática, escalonada o demorada.

En Italia las clases presenciales iniciaron en enero, continuando con la educación a distancia para bachillerato y autorizaron el regreso presencial en distintas fechas. Alemania reabrió sus aulas el 31 de enero; algunos de sus estados federados optaron por cancelar todas las clases presenciales, mientras que otros implementaron los regresos escalonados con grupos burbuja reducidos.

Francia reabrió las escuelas en mayo ante los cuestionamientos sobre las consecuencias de desigualdad que traería el cierre de las escuelas durante un tiempo prolongado, sin embargo, regresaron al confinamiento, hasta enero de este año, en que más de 12 millones de alumnos regresaron a clases. En Holanda el retorno a las aulas se planeó para la segunda mitad de enero, sin embargo, los colegios estuvieron abiertos únicamente para los hijos de aquellos profesionales que fueron “vitales” para el control de la pandemia, como personal médico o policías, aunque sin recibir lecciones presenciales y sólo ser supervisados por un adulto mientras seguían las clases virtuales.

España regresó a las aulas también en enero, con el argumento de que la pandemia tiene una mínima incidencia en los centros educativos, siendo fundamental las clases presenciales. El Reino Unido preparó el regreso a clases para junio de 2020, pero con el nuevo confinamiento, a principios de ese año, cerró las escuelas, salvo para los alumnos vulnerables o hijos de trabajadores esenciales. En otras partes de mundo, como en Asia y África, los cierres de escuelas tuvieron periodos más cortos, entre julio y septiembre del año pasado.

China fue la primera en reanudar sus actividades escolares, de manera prematura, ya que debido a los rebrotes volvieron a cerrar las escuelas a solo un mes de su reapertura. En Wuhan más de 2 mil 840 primarias y secundarias, que atienden a casi 1.4 millones de estudiantes, reabrieron al iniciar septiembre de 2020; en otoño, el resto de China reanudó clases presenciales para casi todos los estudiantes.

En todo este tema del regreso a las aulas, imperan los debates acerca de las fechas; de la vacunación del personal docente, y de las nuevas medidas sanitaria, sin embargo, la discusión debería incluir la continuidad de las clases en línea y de cuándo y cómo regresar a la normalidad en este periodo de pre pandemia, en el que se tendrá necesariamente que organizar las estrategias para reducir las consecuencias que pudieran presentarse, pero también deberá centrarse en cómo garantizar la calidad de la educación presencial y en la certidumbre de recuperar y alcanzar un desarrollo integral homogeneo, frente al incremento de la brecha de desigualdad social y sus secuelas entre las diferentes generaciones y niveles escolares.

Así, las autoridades de la SEP, con un nuevo liderazgo ejercido por la Maestra Delfina Gómez Álvarez, la comunidad escolar en general, y la sociedad en su conjunto deberán tomar en cuenta que esa reorganización de las estrategias para el regreso a clases es algo mucho más que medidas sanitarias adecuadas a una realidad escolar que hoy nos toca asumir en total corresponsabilidad.