
El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, aseguró que entregar silbatos como un método de defensa fue una campaña bien vista por las organizaciones feministas e incluso, afirmó, la medida fue propuesta por el Instituto de las Mujeres (Inmujeres).
Ayer, luego de las burlas que generó la medida en las redes sociales, Mancera defendió la estrategia al aseverar que ésta es apoyada por agrupaciones de mujeres que quieren inhibir el acoso.
“Esto lo está haciendo el Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México con las organizaciones feministas, ellas son precisamente las que están respaldando esta estrategia y las que están impulsándola”, comentó.
El mandatario local argumentó que los silbatos se entregarán después de la veda electoral, debido a que poseen los colores de la administración: blanco y rosa.
Crónica entrevistó a Teresa Inchaústegui, directora del Instituto de las Mujeres (Inmujeres), quien señaló que las autoridades retomaron el programa de otros países, como España e India.
Empero, la propuesta fue criticada en España, luego de que el Ministerio del Interior diera a conocer un manual para que las mujeres evitaran una violación, según una publicación del diario El País de julio de 2014.
Precisamente, uno de los consejos era portar un silbato para ahuyentar a los delincuentes.
La directora de Inmujeres lamentó ayer que en solo un mes se presentaron 225 quejas de mujeres que sufrieron acoso, cifra que, hasta hace un par de años, se registraba anualmente.
“La propuesta surgió de un movimiento de mujeres que está harto del acoso. El silbato no va a sustituir [la vigilancia] y no es que con pitos vayamos a resolver el problema que es estructural. Lo vimos como una medida adicional”, defendió.
Silvia Solís, de la asociación civil Equidad de Género, planteó que la medida, bien aplicada, sí ayudará a combatir el acoso y, sobre todo, evidenciará el problema.
“Puede ser una medida que sirva para alertar en una situación crítica, esto implicaría aceptar que las mujeres, para podernos librar de la violencia o pedir auxilio en las calles, tendremos que cargar con el silbato. El silbato debería de ir acompañado de una campaña de concientización, así como de una política pública que nos beneficie”, explicó.
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