
Ortiz Vega llegó en calidad de detenido a la cabecera municipal para recibir la atención médica. La unidad militar arribó aproximadamente dos horas después del arresto no solo para entregar las armas decomisadas, que habían sido abandonadas tras el duelo, sino también para armar con celeridad un operativo de traslado, según Sedena.
En una ambulancia de Cruz Roja, escoltada por dos vehículos castrenses tipo Hummer, llevaron al herido hasta la capital sinaloense durante la madrugada. Según Alfredo Duarte Mujica, comandante de la Tercera Región Militar, “la intención de traslado a esas horas era que se salvaguardara la vida del detenido, por eso ese movimiento nocturno para su atención”.
Alrededor de las 3:00 horas, el convoy con 17 hombres circulaba frente al fraccionamiento Espacios Barcelona, por el acceso norte de Culiacán, en la carretera México 15, y ahí terminó su trayecto puesto que al menos 10 vehículos ya lo esperaban.
Antes de que siquiera los militares se desplegaran, los sicarios abrieron fuego con fusiles calibre 50, conocidos como Barret, AK-47 y AR-15, metralletas y granadas. Cuatro uniformados murieron antes de responder a la agresión.
Tres de los cuerpos sobre el pavimento evidencian que tuvieron poco tiempo para bajar de sus unidades. Otro más cerca de la acera señala que el resto intentó ponerse bajo resguardo.
Luego de protegerse, la unidad militar respondió el ataque con los rifles automáticos que portaban y aun cuando diez resultaron heridos. No solo no tuvieron oportunidad de pedir refuerzos sino que se quedaron sin oportunidad de emprender la huida cuando dos unidades del Ejército comenzaron a arder. Sin embargo, lograron inhabilitar una camioneta Chevrolet, color blanco, del bando opuesto.
Los militares mantuvieron el intercambio de balas hasta que la posición del grupo armado y su armamento les permitieron tomar al herido y a la ambulancia, y huir.
El comandante aseguró que “estos grupos actuaron de forma premeditada, cobarde y alevosa, llevando a cabo la acción con armas de fuego, con granadas, ante las cuales nosotros, de acuerdo a la proporcionalidad de la fuerza, únicamente se cuentan con armas automáticas”.
Cuando por fin el Grupo de Coordinación Operativo de Sinaloa llegó en auxilio del equipo castrense, encontraron a solo dos ilesos. Un militar más murió en un hospital y tres necesitaron cirugía inmediata pues estaban muy graves.
El rescate de El Kevin de la custodia del Ejército Mexicano por parte de hombres armados es un episodio de la lucha entre el cártel de los Beltrán Leyva y los hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, por el bastión de Huixiopa, que comenzó en junio.
Hace cuatro meses, hombres de Aureliano Guzmán Loera, El Guano, tomaron por asalto el pueblo serrano. Se dice que a los vecinos se les dio minutos de tolerancia para que se refugiaran en poblados aleñados.
Tras un enfrentamiento de horas con un grupo de los Beltrán, liderado por Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, el suelo que vio nacer al legendario narco Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, ya era suyo.
El cártel no solo se quedó sin plaza sino también sin centro de operaciones estratégico pues está en pleno Triángulo Dorado, casi en los límites de Chihuahua y Durango. Mientras que la gente de La Tuna, tierra de El Chapo Guzmán, se había hecho de una ruta directa que va desde la cabecera municipal de Badiraguato, que está a tres horas de distancia de la sindicatura de Huixiopa y pasa por Bacacoragua, lugar donde termina el asfalto e inicia la terracería.
No por ello dejó de ser zona caliente así que el pasado fin de semana el general Moisés Melo García, coordinador estatal de Seguridad, había adelantado que se instalaría una base militar en Huixiopa para “seguridad de los residentes”. Sin embargo, el arribo militar llegó tarde.
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