Búsqueda
Como hace 50 años, Enriqueta Basilia encendió el pebetero de Ciudad Universitaria como lo hizo en la inauguración de los Juegos Olímpicos de México 1968, cuando se convirtió en la primera mujer en hacerlo. Fue a las 12:50 horas de ayer.
Sin contratiempos, la antorcha del fuego conmemorativo cumplió con el recorrido desde el Centro Deportivo Olímpico Mexicano hasta llegar al estadio Olímpico Universitario, cargada por 104 relevistas.
La Flama Olímpica ingresó al estadio de la mano de Leonardo Miguel Saldívar, participante del deporte adaptado, quien entregó a Enrique Graue, rector de la UNAM, quien estuvo acompañado de Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano.
Fue la campeona centroamericana Kenia Lechuga, de remo, quien subió las escalinatas. Una vez arriba, otorgó a Horacio de la Vega, y finalmente la llama llegó a manos de Queta Basilio para redondear esta histórica ceremonia, quien dijo que sintió la misma emoción de hace 50 años.
Sobre el césped del estadio se conformaron los cinco aros olímpicos con más de 600 personas entre deportistas que brillaron en México 68, jueces y voluntarios de aquella justa olímpica.
Por su parte Bob Beamon, campeón Olímpico en salto de longitud con su récord mundial de 8,90 metros, manifestó su agradecimiento por la invitación a los festejos.
Copyright © 2018 La Crónica de Hoy .