Opinión

¿Es lícito el trabajo sexual?

¿Es lícito el trabajo sexual?

¿Es lícito el trabajo sexual?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Desde tiempos inmemoriales el llamado oficio más antigüo del mundo: la prostitución, ha dividido a las sociedades ante la ausencia de una postura jurídica clara del Estado.

En México, como en la mayor parte del mundo, al considerarla una necesidad biológica y social fue tolerada, pero no regulada y, al mismo tiempo, calificada de ilícita, entendido esto como contrario a las buenas costumbres y al orden público.

El 31 de enero de 2014 la decisión del Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa capitalino dio un vuelco a la hipocresía y sentó un precedente jurídico al reconocer la prostitución como una forma laboral más.

Determinó: si era ejercida en forma libre y por mayores de edad, debe considerarse un oficio amparado por la libertad de trabajo, tal y como lo establece el artículo 5º constitucional que garantiza a toda persona poder dedicarse a la profesión u ocupación que elija.

Con base en esta resolución histórica —primer paso para descriminalizar la prostitución— presenté recientemente una iniciativa para retirar la fracción VII del artículo 24 de la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México, que considera infracción contra la tranquilidad de las personas: Invitar a la prostitución o ejercerla, así como solicitar dicho servicio. En todo caso sólo procederá la presentación del probable infractor cuando exista queja vecinal.

Es innegable, al lado de la prostitución hay varios males como la deleznable esclavitud humana (la trata de personas) y la explotación sexual infantil, pero como sociedad que pondera los derechos humanos ¿es momento de asumir el reto de regularla y ordenarla?

Lo mejor sería hacerlo desde el Parlamento Abierto en la ALDF, para garantizar una participación plural de ciudadan@s, expert@s, prostitut@s, funcionari@s y legislador@s.

Pasaron los tiempos de regirnos por las buenas conciencias que anteponen el qué dirán, para invisibilizar la realidad infrahumana que padecen miles —mexican@s y extranjer@s— dedicados por fuerza, inercia, convicción o rentabilidad al viejo oficio de dar placer sexual.

* Diputado del GPdel

PRD en la ALDF