Opinión

Extinción en el mar Bermejo

Extinción en el mar Bermejo

Extinción en el mar Bermejo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Horacio de la Cueva*

El consenso científico es que hemos generado y estamos viviendo la sexta extinción masiva de las especies. Atribuimos la extinción de especies a la desaparición de bosques, selvas tropicales y marismas, a la contaminación de ríos y mares, al cambio climático global y a muchas otras consecuencias de las actividades humanas. Siempre creemos  que estas causas y consecuencias son lejanas a nuestra realidad y sin implicaciones sociales inmediatas y trascendentes en la vida diaria. Aunque, paradójicamente nos gusta atribuir consecuencias sociales positivas a nuestras acciones de conservación.

En la parte norte del Mar Bermejo, mejor conocido como el golfo de California se están extinguiendo dos especies marinas emblemáticas y, paralelamente, está generándose un conflicto social aparentemente insoluble. ¿Pudo haber sido diferente la realidad? No podemos saber, pero podemos acercarnos al problema.

Dos especies son las estrellas de esta crisis. La primera es el mamífero marino más amenazado del mundo: la vaquita marina (Phoecena sinus). Su distribución se restringe al alto golfo de California. La población de esta especie posiblemente jamás superó los diez mil individuos, hoy hay menos de veinte. La segunda es la totoaba (Totoaba macdonaldi), un pez también endémico a la región, en el pasado muy abundante, sirviendo de sustento a las familias de pescadores tanto en la mesa como por su venta, hoy amenazada con extinción por su sobreexplotación.

De la totoaba, la vejiga natatoria (conocida como buche) regula su flotabilidad y es apreciada en el mercado oriental por sus propiedades medicinales y afrodisíacas (¿No conocen las pastillas producto de la magia de la farmacéutica occidental seguras y efectivas para combatir la disfunción eréctil?). La totoaba es un sustituto por su forma semejante de Larimichthys crocea, una especie de pez de la familia Sciaenidae en el orden de los Perciformes que vivía en el Pacífico Noroeste, en las aguas de Taiwán, China, Corea y Japón llevado a la extinción comercial por suponerse tener las mismas propiedades que la totoaba.

Por la fragilidad actual de la persistencia de sus poblaciones, la totoaba y la vaquita están protegidas por las leyes mexicanas. A pesar de esta protección, la extinción de ambas es inminente, pero no inevitable. Su extinción está siendo impulsada por la pesca ilegal de la totoaba. ¿Por qué se pesca totoaba si es ilegal y está amenazada? La respuesta a bote pronto es la gran demanda en el mercado negro asiático. Esta demanda no existiría sin una gran red de corrupción entre México, los Estados Unidos y China.

La respuesta más mesurada a las causas de la extinción debe considerar que existen intereses diferentes, pero no irreconciliables entre la pesca y la conservación en el alto golfo de California. En la temporada de pesca de la totoaba en el alto Golfo comparte el mismo espacio con la vaquita, ambas mueren enmalladas en redes de pescadores furtivos, pero conocidos.

El hábitat de la vaquita en el alto golfo de California está plenamente identificado y protegido como una Reserva. Dentro de la reserva, la vaquita se alimenta, reproduce y desarrolla. El ambiente es turbio y relativamente somero. Por la primera característica y su reacción de fuga ante ruido de motores la vaquita es una especie críptica. Ha sido difícil describir su biología, sus hábitos de reproducción y alimentación y el tamaño de su población. Lo que sí se sabe es que la principal causa de extinción es que muere ahogada enmallada en las redes ilegales que existen dentro de su refugio. Refugio que debería estar libre de todo arte de pesca.

Hay quienes todavía se preguntan si el entallamiento es la principal causa de extinción de la vaquita. A pesar de opiniones con pocos fundamentos y especulativas, pero aun así publicadas en revistas científicas que deberían estar regidas por criterios de rigor académico, la principal causa de extinción es el enmallamiento. Observaciones cotejadas de quienes mejor conocen a la vaquita indican que ésta sigue reproduciéndose y no muestra señales de inanición. Hay poca o nula evidencia que a más de 40 años del cese histórico de flujo del río Colorado, éste sea una causa importante en el proceso de extinción.

¿En qué fallaron las agencias gubernamentales al no poder proteger simultáneamente la vida de los pescadores y el hábitat y población de la vaquita? Cada autoridad promueve políticas de pesca y conservación diferentes. La Semarnat se preocupa por la conservación y el desarrollo sustentable, con un mínimo de atención real a los habitantes, mientras que la Sagarpa por la seguridad alimentaria y los votos de los pescadores. En todos los años de monitoreo de la reducción de la población de vaquita y sobrepesca de totoaba estas autoridades no han entablado un diálogo productivo que beneficie a pescadores diversificando las actividades económicas del mar Bermejo. ¿Qué esperan?

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Horacio de la Cueva es investigador del Departamento de Biología de la Conservación, en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) // cuevas@cicese.mx //